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La hija de María Corina Machado advierte por su seguridad y teme por la vida de su madre

Ana Corina Sosa expresó su preocupación por el regreso de la líder opositora a Venezuela luego de recibir en Oslo el Premio Nobel de la Paz en su nombre. Denunció amenazas, persecución y un riesgo extremo en un contexto de máxima tensión política.

Ana Corina Sosa
Ana Corina Sosa

14 Diciembre de 2025 07.57

La preocupación por la seguridad de María Corina Machado volvió a quedar en primer plano tras la entrega del Premio Nobel de la Paz, un reconocimiento que su hija, Ana Corina Sosa, recibió en su nombre en Oslo, Noruega. En declaraciones públicas posteriores a la ceremonia, la joven advirtió que el regreso de la dirigente opositora a Venezuela representa un riesgo concreto para su vida, en medio de un escenario marcado por amenazas constantes y la persecución del régimen chavista contra referentes de la oposición.

El acto en la capital noruega estuvo atravesado por una fuerte carga simbólica y emocional. Allí, madre e hija se reencontraron luego de dos años sin verse, una separación forzada por las restricciones políticas y las condiciones de seguridad que pesan sobre Machado. La líder opositora no pudo recibir personalmente el galardón debido a la situación que atraviesa en su país, lo que convirtió a Sosa en la portavoz del reconocimiento internacional.

"El abrazo fue profundamente emotivo, pero también estuvo lleno de miedo", relataron testigos cercanos a la ceremonia. Tras el evento, Ana Corina Sosa fue contundente al describir el escenario que enfrenta su madre: "Tienen que entender que su regreso en estas condiciones es un riesgo y sé que mi mamá corre peligro", afirmó, dejando en claro que el reconocimiento internacional no implica garantías de protección frente a un poder político que considera hostil.

Convicción política y costo personal

A pesar del temor, Sosa explicó que la decisión de María Corina Machado de volver a Venezuela no responde a una elección personal aislada, sino a una convicción política profunda. "Sé que la misión que ella lleva es más grande que nosotros en este momento. Lo hace por nuestro futuro, para que podamos volver a estar en Venezuela y finalmente vivir en paz, libertad y como familia", sostuvo.

La joven reconoció el alto costo emocional y familiar que implica esta determinación, pero aseguró que es una realidad compartida por millones de venezolanos. "Hay personas que llevan más de diez años sin ver a sus familiares. Muchos ni siquiera saben si están vivos, presos o desaparecidos. El sufrimiento del pueblo venezolano es muy real y cotidiano", señaló, al contextualizar la situación personal dentro de una tragedia colectiva.

En ese marco, destacó que el exilio, la persecución y la fragmentación familiar se convirtieron en parte estructural de la crisis venezolana. La historia de su familia, afirmó, no es excepcional, sino representativa de un país atravesado por la represión y la falta de garantías políticas.

El dilema del regreso y la amenaza constante

Ana Corina Sosa también confesó el conflicto interno que vive ante la inminente vuelta de su madre a Venezuela. "Por un lado no quiero que se vaya. Quisiera abrazarla, esconderla y que se quede; vivir una vida normal como familia", expresó con crudeza. Sin embargo, aclaró que esa opción nunca fue realmente posible.

"Sabemos que su corazón y su meta están en Venezuela. Ella ha sido muy clara: va a volver. Su trabajo no ha terminado", subrayó, al remarcar que Machado considera su rol político como una responsabilidad ineludible frente a la situación del país.

La advertencia pública de su hija se suma a las denuncias reiteradas de organizaciones de derechos humanos sobre el hostigamiento, la vigilancia y las amenazas que pesan sobre la dirigente opositora. En ese contexto, el Nobel de la Paz aparece como un respaldo internacional a su figura, pero también como un factor que podría aumentar la presión del régimen sobre su entorno.

El reconocimiento recibido en Oslo visibilizó nuevamente la crisis venezolana en el escenario global, pero no disipó los temores por la seguridad de una de las principales referentes opositoras. Por el contrario, según expresó su hija, el regreso de María Corina Machado a Caracas abre una etapa cargada de incertidumbre, donde el compromiso político convive con el riesgo extremo y el sacrificio personal.