El Vaticano vivió un fin de semana marcado por la presencia de grandes figuras del cine internacional. El Papa León XIV recibió a cerca de 200 profesionales de la industria cinematográfica, entre actores, actrices, directores y guionistas de renombre, en una audiencia especial celebrada en el Palacio Apostólico. El encuentro, calificado como un "laboratorio de esperanza", buscó reflexionar sobre el papel del séptimo arte en la sociedad contemporánea y sus posibilidades como vehículo de humanización.
Entre los invitados destacados asistieron Cate Blanchett, Viggo Mortensen y Monica Bellucci, además de reconocidos cineastas como Spike Lee, Dario Argento y Matteo Garrone. En un gesto distendido que generó sonrisas en el salón, Lee obsequió al pontífice una camiseta del equipo de básquet New York Knicks, símbolo de su ciudad natal y de su estrecha relación con la cultura popular.

Durante la audiencia, León XIV agradeció a los creadores por su labor y reivindicó al cine como "un arte popular en su sentido más noble", capaz de dialogar con personas de todas las edades, culturas y credos. Para el Papa, el séptimo arte tiene la capacidad de entrelazar entretenimiento, emoción, relato humano y reflexión espiritual. "El cine es un laboratorio de esperanza, un lugar donde el hombre puede volver a mirarse a sí mismo y a su destino", afirmó ante los presentes.
El pontífice, de 70 años, dedicó buena parte de su discurso a subrayar la importancia de las instituciones culturales. Sostuvo que los cines y teatros "son corazones palpitantes de nuestros territorios" y contribuyen de manera directa a la humanización de las comunidades. En ese sentido, instó a los gobiernos y ministerios a invertir, proteger y promover el acceso a la cultura como política pública esencial.
La actriz Cate Blanchett, una de las protagonistas del encuentro, destacó la profundidad del mensaje papal. "Sus palabras fueron extraordinarias. Ojalá los ministros de Cultura de todo el mundo les prestaran atención. Habló de la compasión y de interesarse por los problemas del mundo", señaló al finalizar la audiencia. Sus declaraciones reflejaron el impacto emocional que generó en la delegación artística la visión humanista del pontífice.
El Vaticano explicó que la convocatoria tuvo como objetivo explorar las posibilidades que la creatividad artística ofrece tanto para la misión de la Iglesia como para la promoción de valores humanos universales. En esa línea, León XIV recordó a los cineastas su rol fundamental: "Nuestra época necesita testigos de esperanza, belleza y verdad. A través de su obra artística, ustedes pueden encarnarlos".
El encuentro no fue un hecho aislado dentro de la relación histórica entre el cine y la Santa Sede. En junio de 2024, el papa Francisco había recibido en el Vaticano a más de 100 actores, incluidos Stephen Colbert, Whoopi Goldberg y Jimmy Fallon. Con esta nueva convocatoria, León XIV continúa la tradición de diálogo con el mundo cultural.
Antes de la ceremonia, el pontífice compartió incluso sus cuatro películas favoritas, la mayoría vinculadas a historias de resiliencia y fe: "¡Qué bello es vivir!", de Frank Capra; "La novicia rebelde", de Robert Wise; "Gente corriente" (también conocida como "Gente como uno"), de Robert Redford; y "La vida es bella", de Roberto Benigni.
En el tramo final del encuentro, el Papa pidió a sus invitados que el cine siga acompañando las realidades más dolorosas del mundo: "La violencia, la pobreza, el exilio, la soledad, las adicciones, las guerras olvidadas piden ser vistas y contadas. El gran cine no explota el dolor: lo acompaña, lo investiga". Sus palabras fueron recibidas con un aplauso prolongado que cerró una jornada que unió espiritualidad, arte y compromiso social.