El Papa León XIV, un reconocido aficionado al tenis, recibió este miércoles en el Vaticano al número uno del mundo, Jannik Sinner, acompañado por el presidente de la Federación Italiana de Tenis (FITP), Angelo Binaghi. El encuentro estuvo marcado por un ambiente distendido y gestos de complicidad deportiva.

Durante la charla, el pontífice saludó con entusiasmo al joven tenista y, como buen seguidor del circuito, no tardó en preguntarle por su reciente victoria sobre el argentino Francisco Cerúndolo en los octavos de final del Masters 1000 de Roma. "Lo conseguimos", respondió Sinner, con una sonrisa cómplice.

El momento más distendido llegó cuando el italiano le entregó una raqueta como obsequio al papa y le propuso, en tono de broma, pelotear un rato. León XIV respondió con rapidez: "Aquí no", señalando los delicados adornos a su alrededor y provocando risas entre los presentes.

Días antes, el papa había comentado con los periodistas su deseo de participar en un torneo de tenis benéfico, pero advirtió con picardía: "Mientras no se traiga a Sinner", en referencia tanto al talento del italiano como a la curiosa coincidencia de su apellido, que en inglés significa "pecador".

Tras su triunfo en Roma, Sinner fue consultado sobre este encuentro y respondió con humor: "¿Jugar con el papa? No me metan en líos...", aunque luego reconoció que para los tenistas es positivo que alguien tan influyente como el pontífice comparta su pasión por el deporte.

El italiano, que disfrutó de su día libre en el torneo para visitar al papa, estuvo acompañado por sus padres y por el presidente de la FITP, destacando el significado especial del momento para su carrera.