La ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz se desarrolló este martes en el Ayuntamiento de Oslo marcada por una fuerte carga política y emocional. La ausencia de la dirigente opositora venezolana María Corina Machado, galardonada por el Comité Nobel, estuvo en el centro del acto, luego de que se confirmara que su hija, Ana Corina Sosa, fue la encargada de recibir la distinción en su nombre.

Machado, principal referente de la oposición al gobierno de Nicolás Maduro, no pudo llegar a tiempo a la capital de Noruega debido al riesgo extremo que implica su desplazamiento, según advirtieron desde la organización del premio. La activista vive en la clandestinidad desde las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, en las que Maduro fue proclamado ganador en medio de denuncias de fraude masivo y cuestionamientos internacionales.

Durante la ceremonia, se reprodujo un mensaje de audio enviado por Machado, en el que expresó su agradecimiento al Comité Nobel y al pueblo venezolano. "En nombre del pueblo venezolano, una vez más quiero agradecer al Comité Nobel noruego por este inmenso reconocimiento a la lucha de nuestro pueblo por la democracia y la libertad. Nos sentimos muy emocionados y muy honrados", señaló la dirigente, mientras se encontraba en viaje hacia Europa.

Desde el organismo organizador de la ceremonia se remarcó que el traslado de Machado se da en un contexto de amenazas y persecución política, lo que convirtió su presencia en Oslo en una operación de alto riesgo. El director del Instituto Nobel, Kristian Berg Harpviken, confirmó a la agencia AFP que la líder opositora "se espera que llegue en algún momento entre esta noche y mañana por la mañana", aunque evitó brindar precisiones sobre el itinerario por motivos de seguridad.

En su discurso oficial, el presidente del Comité Nobel, Jørgen Watne Frydnes, destacó la figura de Machado como símbolo de resistencia democrática. "Cuando la gente se niega a renunciar a la democracia, se niega a renunciar a la paz. María Corina Machado entiende profundamente esta verdad", afirmó, al justificar la elección de la líder venezolana como merecedora del premio.

La última aparición pública de Machado se produjo el 9 de enero, en Caracas, luego de varios meses sin mostrarse públicamente. Desde entonces, su situación se volvió aún más delicada, mientras la oposición denunciaba un endurecimiento del aparato represivo del chavismo. Estados Unidos, la Unión Europea y varios países de América Latina desconocieron los resultados electorales que otorgaron un nuevo mandato a Maduro.

En otro tramo del audio difundido en la ceremonia, Machado se dirigió especialmente a sus compatriotas: "No llegaré al momento de la ceremonia, pero iré a Oslo y estoy en camino ahora. Sé que hay cientos de venezolanos de distintas partes del mundo que pudieron llegar a la ciudad, al igual que mi familia, mi equipo y tantos colegas".

Visiblemente emocionada, la dirigente anticipó uno de los momentos más esperados de su viaje: "Este es un premio para todos los venezolanos. Será recibido por ellos y, cuando llegue, podré abrazar a mi familia y a mis hijos, a quienes no veo desde hace dos años", expresó, en una referencia directa al impacto personal que tuvo su lucha política.

El Comité Nobel decidió en octubre otorgarle el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos en favor de una "transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia" en Venezuela. Machado sostiene que el gobierno de Maduro le "robó" las elecciones a su candidato, Edmundo González Urrutia, y presentó copias de los registros de las máquinas de votación como prueba del fraude. El oficialismo venezolano rechazó de plano esas acusaciones.

La ceremonia en Oslo, atravesada por la ausencia física de la homenajeada, dejó una imagen poderosa: la de una distinción internacional que reconoce la lucha democrática de una dirigente que, aun sin poder estar presente, se convirtió en protagonista central del acto.