En el segundo día de deliberaciones del Cónclave, la tradicional chimenea de la Capilla Sixtina emitió humo blanco, señal inequívoca de que los 133 cardenales electores alcanzaron un consenso. La señal apareció pasadas las 12 del mediodía en Roma (7:00 en Argentina) y marcó el inicio de un nuevo papado tras la salida de Francisco.
El elegido fue Robert Francis Prevost Martínez, cardenal estadounidense de 69 años, quien se convirtió en el nuevo líder de la Iglesia Católica tras cinco rondas de votación. El anuncio oficial fue realizado desde el balcón central de la Basílica de San Pedro por el cardenal protodiácono Dominique Mamberti, quien pronunció la tradicional fórmula en latín: "Habemus Papam".
La Plaza de San Pedro estalló en aplausos y emoción, colmada por miles de fieles y peregrinos que siguieron la jornada en pantallas gigantes. Las campanas de la basílica acompañaron el histórico momento.
Durante su primer saludo, el nuevo Papa —que aún no reveló el nombre pontificio que adoptará— impartió la bendición urbi et orbi (a la ciudad y al mundo), y dirigió un mensaje centrado en la unidad, la paz y la justicia social, pilares que marcan su visión pastoral.
En los próximos días se celebrará la misa de inicio de su pontificado, con la presencia de líderes políticos, religiosos y delegaciones internacionales. La atención mundial ahora se concentra en conocer el perfil del flamante pontífice y las líneas que definirán su agenda al frente del Vaticano.
Durante la jornada anterior, las primeras fumatas negras indicaron desacuerdo entre los cardenales, como suele ocurrir en este tipo de procesos. Finalmente, el consenso se logró en el segundo día de deliberaciones, repitiendo el esquema que en 2013 llevó a la elección de Jorge Bergoglio como papa Francisco.