Anas Al-Sharif, corresponsal de Al-Jazeera en Gaza, murió el 10 de agosto de 2025 en un bombardeo israelí que alcanzó una carpa destinada a la prensa, ubicada junto a la entrada principal del hospital Al-Shifa, en la Franja de Gaza. Tenía 28 años y era uno de los rostros más reconocidos de la cadena catarí.
La propia Al-Jazeera informó que, además de Al-Sharif, fallecieron el reportero Mohammed Qreiqeh y los camarógrafos Ibrahim Zaher, Mohammed Noufal y Moamen Aliwa. Según el director del hospital, el ataque fue directo contra el punto de prensa.
Israel, sin embargo, aseguró que Al-Sharif no solo era periodista, sino también "jefe de una célula de Hamas responsable de ataques contra civiles y militares israelíes". El ejército hebreo sostiene esa versión desde hace meses. En julio, el portavoz militar Avichai Adraee afirmó: "Los documentos encontrados en Gaza hoy no dejan lugar a dudas. Usted puede intentar presentarse como un periodista que siente el dolor del pueblo de Gaza, pero ahora todo el mundo sabe que usted es miembro de Hamas".
De Jabalia a la primera línea del conflicto
Nacido en 1996 en el campo de refugiados de Jabalia, Al-Sharif se graduó en Comunicación de Masas, con especialización en radio y televisión, en la Universidad Al-Aqsa. Comenzó trabajando en la red Al-Shamal y luego se incorporó a Al-Jazeera como corresponsal en el norte de Gaza.
Desde octubre de 2023, cuando comenzó la guerra entre Israel y Hamas, se convirtió en una figura clave en la cobertura internacional del conflicto. Continuó reportando pese a las amenazas y campañas de difamación.
Su compromiso se intensificó tras un golpe personal: la muerte de su padre en un bombardeo israelí contra su hogar en Jabalia. Ese hecho lo impulsó a seguir documentando lo que ocurría en el terreno.
El último posteo y su carta póstuma
Horas antes de su muerte, Al-Sharif publicó en X que Gaza sufría bombardeos intensos y concentrados, conocidos como "cinturones de fuego", en el este y sur del enclave. Minutos después, el ataque destruyó su tienda.
En abril de 2025, había dejado escrita una carta para ser leída si moría. En ella hablaba de haber "experimentado el dolor en todos sus detalles" y de su decisión de "transmitir la verdad sin distorsión ni tergiversación". Lamentaba que "ni siquiera los cuerpos destrozados de nuestros niños y mujeres conmovieron sus corazones ni detuvieron la masacre".
El mensaje concluía con un lamento íntimo: el dolor de dejar a su esposa y no poder ver crecer a sus hijos.