El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dispuso un bloqueo total de los buques petroleros sancionados que se dirijan a Venezuela o que partan desde ese país, en una nueva escalada de presión contra el régimen de Nicolás Maduro. La decisión se enmarca en una política de endurecimiento de sanciones y restricciones económicas, con el foco puesto en el sector energético venezolano, principal fuente de ingresos del gobierno de Caracas.
A través de un mensaje publicado en su red social Truth Social, el mandatario republicano confirmó la medida y sostuvo que el gobierno venezolano utiliza el petróleo de "yacimientos robados" para sostener su estructura de poder. "Hoy ordeno un bloqueo total y completo de todos los petroleros sancionados que entren y salgan de Venezuela", escribió Trump, en un texto en el que también vinculó al régimen de Maduro con delitos como el terrorismo, el narcotráfico y el tráfico de personas.
En su publicación, el presidente estadounidense también hizo referencia a la política migratoria y aseguró que "los extranjeros ilegales y los delincuentes que el régimen de Maduro ha enviado a Estados Unidos durante la débil e ineficaz administración Biden están siendo devueltos a Venezuela a un ritmo acelerado", reforzando el tono confrontativo hacia el gobierno venezolano y hacia la gestión anterior en Washington.
Un sector petrolero ya condicionado por sanciones
En la actualidad, la mayoría de los buques petroleros vinculados a Venezuela se encontraban prácticamente inmovilizados, como consecuencia de las sanciones que desde hace años pesan sobre la empresa estatal Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA). En ese contexto, solo continúan operando embarcaciones asociadas a la petrolera estadounidense Chevron, que cuenta con un permiso especial otorgado por Washington y bajo estrictas condiciones, entre ellas la prohibición de girar fondos directamente al régimen de Maduro.
Además de Chevron, Venezuela mantiene acuerdos energéticos con socios extranjeros, entre ellos empresas rusas que participan en las compañías mixtas Boquerón y Petroperijá. Otros actores internacionales, como la española Repsol, la italiana Eni y la francesa Maurel & Prom, habían recibido licencias durante la administración de Joe Biden (2021-2025) para operar en el país. Sin embargo, esos permisos fueron revocados este año por la administración Trump, profundizando el aislamiento económico del país sudamericano.
Advertencias y despliegue militar
En otro tramo de su mensaje, Trump aseguró que Venezuela se encuentra "completamente rodeada por la Armada más grande jamás reunida en la historia de Sudamérica", y advirtió que ese despliegue continuará en aumento. "El impacto que causará en ellos será como nada que hayan visto antes, hasta que devuelvan a los Estados Unidos todo el petróleo, las tierras y otros activos que nos robaron anteriormente", afirmó.
El mandatario fue aún más duro al referirse al gobierno venezolano, al que calificó como un "régimen ilegítimo". Según Trump, los recursos obtenidos del petróleo serían utilizados para financiar "el terrorismo relacionado con las drogas, el tráfico de personas, los asesinatos y los secuestros". En ese marco, sostuvo que Venezuela fue designada como "Organización Terrorista Extranjera", una calificación de extrema gravedad en la política exterior estadounidense.
"Estados Unidos no permitirá que delincuentes, terroristas u otros países roben, amenacen o dañen a nuestra nación", señaló Trump, y agregó que su administración tampoco permitirá que "un régimen hostil se apropie de nuestro petróleo, nuestras tierras o cualquier otro activo", los cuales —según afirmó— deben ser devueltos "de inmediato".
La decisión marca un nuevo capítulo en la relación entre Washington y Caracas y anticipa un escenario de mayor tensión diplomática y económica, con impactos directos sobre el mercado energético y el comercio internacional de crudo venezolano.