En medio de la tregua en la guerra comercial entre Estados Unidos y China, Donald Trump mantuvo una conversación telefónica con Xi Jinping en la que abordaron los conflictos en Ucrania y Taiwán, además de la situación del comercio agrícola, un área que incide en provincias exportadoras como Catamarca. El presidente estadounidense anunció también que viajará a Beijing en abril del próximo año para reunirse con su par chino, a quien invitó posteriormente a realizar una visita de Estado a Washington.
"Acabo de tener una excelente conversación telefónica con el presidente Xi de China. Hablamos de diversos temas, como Ucrania/Rusia, el fentanilo, la soja y otros productos agrícolas, etc.", afirmó Trump en su red social Truth. El mandatario, que ya se reunió con Xi en octubre en Corea del Sur, reiteró su intención de viajar a China y confirmó que aceptó la invitación oficial.
"El presidente Xi me invitó a visitar Beijing en abril, lo cual acepté, y yo correspondí, y él será mi invitado en una visita de Estado a Estados Unidos a finales de año", señaló. Se trata de la primera invitación de este tipo que Trump emite en su segundo mandato, un gesto diplomático que implica el máximo nivel de honores para un jefe de Estado extranjero, incluida una ceremonia formal de bienvenida y una cena de gala.
"Mantener el impulso" en las relaciones bilaterales
Durante el diálogo, Xi Jinping destacó la necesidad de "mantener el impulso" positivo en la relación bilateral tras el encuentro que mantuvieron en Corea del Sur a finales de octubre. El líder chino remarcó que "el regreso de Taiwán a China es una parte importante del orden internacional de la posguerra", al sostener que la isla forma parte de su territorio y que Beijing no descarta el uso de la fuerza para avanzar sobre su control.
En ese marco, Xi afirmó que Estados Unidos y China deberían "salvaguardar conjuntamente el resultado victorioso de la Segunda Guerra Mundial". Sostuvo también que los vínculos entre ambas naciones "se han mantenido estables y han continuado mejorando", lo cual —según dijo— es valorado tanto a nivel interno como por la comunidad internacional.
El presidente chino subrayó la "exitosa" reunión que mantuvo con Trump en octubre, y aseguró que sirvió para "calibrar el curso" y dar impulso al "movimiento constante hacia adelante del barco gigante de las relaciones China-Estados Unidos", según la agencia estatal Xinhua. El Ministerio de Exteriores chino agregó que la cooperación entre ambas potencias "beneficia a ambas partes", mientras que la confrontación genera perjuicios.
Si bien ambos mandatarios abordaron cuestiones comerciales, la declaración oficial china no detalló avances concretos en temas sensibles como las compras de soja estadounidense.
Otro punto central de la conversación fue la guerra entre Rusia y Ucrania. Xi Jinping expresó su apoyo a "todos los esfuerzos comprometidos con la paz", luego de que el plan propuesto por Trump fuera cuestionado por las concesiones que plantea para Kiev frente a Moscú. El mandatario chino afirmó que espera que "todas las partes continúen reduciendo sus diferencias y alcancen un acuerdo de paz justo, duradero y vinculante lo antes posible".