• Dólar
  • BNA $1400 ~ $1450
  • BLUE $1405 ~ $1425
  • TURISTA $1820 ~ $1820

20 C ° ST 19.71 °

Unión Radio 91.3 en vivo

Elecciones

Venezuela con fronteras cerradas, 400 mil militares en las calles y una oposición dividida

Este domingo se celebran elecciones legislativas y regionales en un clima marcado por el cierre de fronteras, una militarización sin precedentes y una oposición dividida entre la abstención y la participación. El chavismo busca consolidar su hegemonía política.

Nicolás Maduro
Nicolás Maduro

25 Mayo de 2025 07.05

Venezuela celebra este domingo elecciones legislativas y regionales en un contexto de fuerte represión, apatía ciudadana y fragmentación opositora. Se trata de los primeros comicios tras la controvertida reelección de Nicolás Maduro, en julio del año pasado, que fue denunciada por presunto fraude.

Más de 400.000 efectivos militares fueron desplegados en todo el país, las fronteras se cerraron y el oficialismo enfrenta a una oposición dividida, incapaz de presentar un frente común. En juego están 23 gobernaciones, 277 bancas en la Asamblea Nacional y 260 legisladores regionales.

"En Venezuela no hay clima electoral", resumió el analista político Andrés Cañizalez, de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas.

La figura más influyente de la oposición, María Corina Machado, llamó abiertamente a boicotear los comicios, que definió como una "farsa". En un mensaje en redes sociales, fue categórica: "Este domingo, pa' tu casa. No salgas, vacía las calles. Que se queden solos".

Pese a ese llamado, varios dirigentes opositores decidieron participar del proceso electoral. Entre ellos, el excandidato presidencial Henrique Capriles, quien se postula como legislador. Capriles justificó su decisión con un mensaje directo: "La abstención solo favorece a Maduro".

Desde el oficialismo, el ausentismo masivo aparece como una oportunidad para fortalecer su control territorial y conquistar las cuatro gobernaciones aún fuera de su órbita: Zulia, Nueva Esparta, Cojedes y Barinas, tierra natal de Hugo Chávez.

Cierre de fronteras y operativo militar sin precedentes

En la previa de los comicios, el gobierno venezolano denunció un supuesto complot internacional para sabotear la jornada electoral. Según el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, se detuvo a decenas de presuntos "mercenarios", entre ellos dos argentinos —Germán Darío Giuliani y Gonzalo Carrasco, ya liberado— que habrían planeado "acciones terroristas".

En este marco, el régimen ordenó el cierre total de fronteras hasta el lunes y movilizó a 412.000 miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), que custodiarán los centros de votación y más de 4.590 "instalaciones estratégicas" en todo el país.

Una oposición que no logra unificar el rumbo

La mayor alianza opositora, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), liderada por Machado, decidió no participar del proceso electoral y anunció que no realizará ninguna actividad política vinculada a estos comicios.

"Reiteramos con firmeza que no participaremos en el evento convocado para el 25 de mayo. No haremos activismo político, social ni electoral relacionado con dicho evento, ni tampoco impulsaremos ningún tipo de boicot", informó la coalición en un comunicado.

Sin embargo, figuras históricas del antichavismo, como Capriles, Henri Falcón, Pablo Pérez, Jesús Torrealba, Tomás Guanipa, Luis Florido y Nora Bracho, entre otros, sí presentaron sus candidaturas. La decisión generó polémica dentro del espectro opositor y fue cuestionada por analistas.

"Resulta llamativo que, pese a las graves irregularidades documentadas, dirigentes legítimos de la oposición como Capriles o Torrealba decidan participar", expresó Cañizalez.

Según el experto, Capriles apuesta a convertirse en una voz crítica dentro de un Parlamento dominado por el chavismo. Actualmente, el oficialismo controla 256 de las 277 bancas, y los 21 diputados restantes son, en su mayoría, considerados "colaboracionistas" o "alacranes", como se denomina en Venezuela a los opositores funcionales al régimen.

Mientras tanto, el gobierno de Maduro busca ampliar su hegemonía en todos los niveles del poder y consolidar un dominio casi absoluto del mapa político nacional, con una ciudadanía cada vez más escéptica y desmovilizada.