El pequeño de un año y nueve meses de vida, que ingresó el pasado martes 21 de febrero al Hospital de Niños Eva Perón, con una fractura en el fémur de su pierna derecha, se recupera favorablemente en el nosocomio de esta Capital. Los profesionales esperan que se le retire el yeso para poder concluir con el protocolo de abuso sexual que se abrió luego de que el médico cirujano advirtiera que el niño tenía lesiones en sus partes íntimas.

El grave hecho, informado en exclusiva por La Unión en su edición digital del día viernes 24, está siendo investigado, tanto en esta ciudad Capital como en el departamento La Paz, lugar de origen del niño, quien fue llevado primero por su madre al Hospital Liborio Fortes, por el fuerte dolor en la pierna, siendo derivado a esta ciudad para una intervención quirúrgica. 

Por su parte, el fiscal local Alejandro Gober le informó, a través del personal de la Unidad judicial N°5, quienes iniciaron las actuaciones en el hospital, a la fiscalía de la Sexta Circunscripción Judicial todas las medidas practicadas aquí, como así también, el relato de la madre del niño sobre lo que pudo haber ocurrido. En tanto que, desde la fiscalía de Recreo, se dispuso como primera medida, en virtud de que la progenitora continúa en esta Capital, acompañando a su hijito, quien permanece internado, secuestrar la historia clínica del pequeño, del hospital de Recreo donde, según trascendió, los médicos solo se habrían percatado de la fractura en la piernita derecha y no del presunto abuso sufrido por la criatura.

Bajo sospechas

Según pudo saber La Unión, al ser entrevistada por el personal judicial, la madre del pequeño, una joven de 22 años, les habría indicado que su hijo sufrió la lesión, supuestamente, producto de una caída cuando jugaba junto a otras primitas de corta edad en el festival del cabrito.

Al evento había concurrido la mujer, el pequeño y la pareja de esta, encontrándose en el lugar a otros familiares con quienes compartieron parte de la velada. En un determinado momento, la mujer recordó que se ausentó por un tiempo, quedando el pequeño al cuidado de su pareja. Cuando regresó, encontró al niño llorando y una de sus sobrinitas, quien tenía el niño, le dijo que se había caído y golpeado la pierna.

Así también la mujer recordó que, en esos días, cuando bañó al niño, le notó que tenía la colita enrojecida, pero nunca sospechó que podría haber sido víctima de un abuso. También agregó que el pequeño manifestaba dolor cuando lo cambiaba.

Por el momento y, en razón de la corta edad del niño, las sospechas recaen en el círculo íntimo de la criatura, es decir, las personas con las que mayor frecuencia de contacto tenía.

La justicia deberá ahora, no solo determinar a través del protocolo de abuso sexual -del que resta solo una parte que no puede materializarse en virtud a que el niño está enyesado- si el pequeño fue víctima de abuso, sino también las circunstancias precisas en las que sufrió la lesión en la pierna que demandó su intervención quirúrgica.