Chile elige este domingo al sucesor de Gabriel Boric en un escenario político atravesado por tensiones internas, competencia ideológica y un fuerte interés regional. Para el gobierno argentino encabezado por Javier Milei, estos comicios representan una oportunidad para recomponer el vínculo bilateral, deteriorado desde la llegada de ambos líderes al poder y marcado por desencuentros públicos, diferencias ideológicas y gestos diplomáticos que reflejaron una relación distante.
El episodio más reciente ocurrió durante la asunción del presidente boliviano Rodrigo Paz Pereira, cuando Milei intentó saludar a Boric y este permaneció sentado. Un gesto breve pero revelador del áspero vínculo entre ambos mandatarios, que ya completan casi dos años sin reuniones bilaterales ni señales de acercamiento político.
En este contexto, la administración libertaria observa con expectativa la votación chilena y apuesta sin rodeos a un triunfo de la derecha. Dos de los candidatos, Antonio Kast y Johannes Kaiser, mantienen afinidad ideológica con Milei y buscan llegar a una segunda vuelta contra Jeannette Jara, la postulante del Partido Comunista que representa a la coalición de centroizquierda gobernante.
"Estamos abiertos a conversar con el que gane. Pero Jara no va a ganar", dijo con ironía una alta fuente diplomática argentina, que evitó explicitar un apoyo formal pero no ocultó la preferencia oficial por Kast y Kaiser. Para el Gobierno, un eventual triunfo de alguno de ellos abriría la puerta a un nuevo vínculo bilateral, similar al que mantiene con Santiago Peña en Paraguay y con el recientemente asumido mandatario boliviano.
La cercanía entre Milei y Kaiser es especialmente estrecha. El dirigente chileno, fundador del Partido Libertario en su país, es habitué de los encuentros internacionales de la organización ultraderechista Cpac, donde Milei también tiene presencia destacada. Su hermano Axel Kaiser, referente liberal, comparte el mismo espacio intelectual. El embajador argentino en Chile, Jorge Faurie, será el único funcionario presente en los comicios, pero la Casa Rosada sigue cada movimiento con atención.
Kast, por su parte, aparece como la opción mejor posicionada dentro de la derecha tradicional. Según encuestas locales, tendría más probabilidades de alcanzar el ballotage frente a Jara. El diplomático argentino consultado advierte que Kaiser crece en intención de voto, "pero habrá que ver si le alcanza para entrar". A la vez, considera que el origen comunista de Jara podría jugarle en contra en una eventual segunda vuelta.
El candidato republicano compite por tercera vez por la presidencia, con un programa centrado en seguridad, recortes del gasto público y posturas críticas hacia la cultura "woke", una agenda que lo acerca parcialmente al ideario libertario. Su estilo, sin embargo, es más institucional y orientado al consenso, con una relación fluida con los medios, como dijo recientemente en una entrevista con LA NACION.
Mientras tanto, en el oficialismo chileno confían en que Jara puede dar la sorpresa si supera el 30% de los votos y logra consolidar su camino hacia la moderación. De llegar al ballotage del 14 de diciembre, la candidata intentaría ampliar su base electoral más allá del progresismo.
Las elecciones también se desarrollan en el marco de una relación bilateral compleja. Aunque Boric acudió a la asunción de Milei en diciembre de 2023, las diferencias ideológicas dominaron desde el inicio. El Presidente argentino solo visitó Santiago brevemente para un encuentro empresarial organizado por Eduardo Eurnekian, sin agenda oficial con el mandatario chileno.
Además, Milei respaldó públicamente a su ministro Luis "Toto" Caputo cuando calificó a Boric como "comunista que está hundiendo a su país", lo que motivó una fuerte protesta diplomática. Otro punto de fricción fue la postura antagónica en torno al conflicto entre Israel y Palestina, así como cruces en foros internacionales como el G20.
Con un cambio de ciclo en Bolivia y un eventual giro político en Chile, la Casa Rosada espera recomponer el vínculo bilateral y profundizar el intercambio económico. La balanza comercial favorece ampliamente a la Argentina: en 2024 exportó a Chile por 6321 millones de dólares, e importó solo 776 millones.
"Con Chile tenemos más superávit que con cualquier otro país del mundo", destacó el experto en comercio exterior Marcelo Elizondo.
La definición de este domingo no solo impactará en el panorama político chileno, sino también en la dinámica regional y en una relación clave para la economía argentina.