El Gobierno argentino oficializó este viernes la "Fase 3" del plan económico, en el marco de un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por US$20.000 millones, de los cuales US$12.000 millones se desembolsarán de inmediato. Esta etapa implica profundas reformas estructurales, una apertura casi total del mercado cambiario y la implementación de un esquema de flotación entre bandas para el dólar oficial, que operará entre $1000 y $1400, ajustándose un 1% mensual.
La medida más resonante es el desarme progresivo del cepo cambiario. Desde ahora, los ciudadanos podrán acceder al mercado de cambios sin el tope de US$200 mensuales, y se eliminan múltiples restricciones, incluso aquellas que afectaban a beneficiarios de subsidios tarifarios. Sin embargo, se mantendrá el 30% de percepción para consumos con tarjeta en el exterior y gastos turísticos.
Este paso busca incentivar la remonetización de la economía, fortalecer el ingreso de divisas y mejorar las expectativas del mercado, al mismo tiempo que reduce distorsiones que impactaban en el comercio y la inversión.
Acuerdo por US$20.000 millones con el FMI: metas fiscales, reformas estructurales y acumulación de reservas
El acuerdo con el FMI no solo implica apoyo financiero, sino también un conjunto de compromisos económicos clave. Entre ellos, se destaca el objetivo de alcanzar un superávit fiscal primario del 1,6% del PBI en 2025, un ajuste superior al inicialmente previsto del 1,3%. Este aumento representa un esfuerzo fiscal adicional del 0,3% del PBI, que se logrará mediante reducción de gastos, mejora en la recaudación o ambas.
A su vez, el Gobierno se comprometió a impulsar reformas tributaria, laboral y previsional. En el aspecto fiscal, se prevé una transformación estructural para eliminar impuestos distorsivos, recortar gastos ineficientes y simplificar el sistema impositivo. Esta reforma, que requerirá aval legislativo, debería comenzar a implementarse antes de 2026.
En materia previsional, el Ejecutivo trabaja en una propuesta integral para mejorar la equidad y sostenibilidad del sistema, con el objetivo de unificar regímenes fragmentados y alinear aportes con beneficios, además de fomentar la formalización laboral.
Reservas internacionales: un desafío clave para estabilizar la economía
Otra de las metas centrales del acuerdo con el FMI es la acumulación de reservas internacionales. A fines de marzo, las reservas netas del Banco Central se ubicaban en US$4900 millones, y deberán alcanzar un saldo positivo de US$4000 millones para fin de año. Para evaluar este objetivo, se realizarán auditorías trimestrales en junio y septiembre.
El titular del Banco Central, Santiago Bausili, explicó que la estrategia consiste en permitir que, con una economía en crecimiento, haya una mayor demanda de dinero y dólares, lo que impulsará la remonetización y la acumulación de reservas sin necesidad de emisión monetaria.
En paralelo, el ministro de Economía, Luis Caputo, subrayó que el mayor ajuste fiscal se realiza por decisión propia y no por exigencia del FMI. "Lo hacemos porque es la mejor forma de proteger a los argentinos y blindar la economía ante posibles shocks externos", remarcó en conferencia de prensa.