Las localidades de Laguna Blanca, Corral Blanco y zonas aledañas, en el norte del departamento Belén, fueron arrasadas por un violento temporal con ráfagas de viento que superaron los 160 km/h, provocando la destrucción del 90% de las viviendas y dejando a más de 150 personas evacuadas.
La emergencia climática obligó a las familias damnificadas a refugiarse en salones comunitarios, escuelas, una posta sanitaria y hasta casas de vecinos, sin posibilidad de regresar a sus hogares.
Frente a este panorama, el diputado provincial Hugo Ávila presentó ayer un proyecto en la Legislatura para declarar zona de desastre a las comunidades afectadas. La iniciativa incluye la asignación de recursos extraordinarios destinados a la reconstrucción de las viviendas colapsadas.
"Esto es gravísimo. Me duele mucho lo que pasó en Laguna Blanca y Corral Blanco. Hay 154 personas acinadas y sin techo. Necesitamos que el Estado repare las viviendas afectadas", expresó el legislador.
Ávila también reconoció el trabajo de Defensa Civil, los municipios de Villa Vil y Belén, y Desarrollo Social, que desplegaron un operativo de emergencia para asistir a las familias, aunque aclaró que estas acciones son apenas paliativos ante la magnitud de los daños.
La situación es crítica en toda la zona afectada. Las comunidades rurales, ya golpeadas por la falta de recursos, ahora enfrentan un escenario aún más vulnerable tras el paso del temporal.