En vísperas de las fiestas de fin de año, el Ministerio de Salud de la provincia recomienda a la población evitar la pirotecnia sonora, al fin de preservar la salud, especialmente de aquellas personas más vulnerables.
En este sentido, María José Revora, integrante de la Junta Evaluadora de la Dirección de Discapacidad señaló que “el ruido en general afecta directamente a muchas personas, por ejemplo, a aquellas que tienen trastornos del espectro autista; quienes padecen patologías mentales, que eventualmente alteran su percepción como las esquizofrenias, psicosis, entre otras; y en cualquier patología en las que se alteran lo sensitivo”. Asimismo, agregó que “particularmente en el caso del autismo, los niños y personas con este tipo de trastorno tienen una alteración de la percepción, una hipersensibilidad en algunos casos, y en otros hiposensibilidad; lo que ocurre frecuentemente es que este grupo de personas tienen hipersensibilidad hacia el sonido, lo que activa una serie de conductas, muchas veces irracionales”.
Respecto a las reacciones a los ruidos, hay mamás que describen esa situación como un estímulo doloroso; es decir que las personas que padecen este tipo de trastornos toman estos estímulos sonoros como dolor.
Revora, explicó que “las conductas que despiertan los ruidos son irracionales, tal como el dolor; son conductas de huida en muchos casos, ellos pueden autolesionarse o golpear a otra persona, pueden gritar o esconderse. Son conductas que no pasan por la conciencia y muchas veces terminan siendo más peligrosas las conductas de huida que la reacción primera”.
Cabe mencionar que hay distintos tipos de estímulos sonoros y no todas las personas reaccionan de igual manera a los mismos estímulos; hay personas que reaccionan con los sonidos más agudos, otras con los más graves. También tiene que ver con cómo se encuentra la persona en el momento; si estuvo con dificultades para comer o dormir, puede provocar que los umbrales para la sensibilidad del sonido disminuyan.
Los estímulos del mundo exterior afectan de modo diferente según la condición y la patología de cada persona, ya sea autismo, patologías motoras como Parkinson, parálisis cerebral o alguna patología neurológica como síndromes convulsivos . “En cuanto al autismo, una de las cuestiones principales es que son personas a las que les cuesta regular sus conductas y emociones; entonces lo que genera el ruido es una desregulación emocional muy difícil de manejar, y en los niños pequeños es mucho más difícil de controlar” destacó María José.
Para finalizar la profesional insistió en el pedido de evitar la pirotecnia sonora, tener más empatía con las personas que padecen patologías y a las que el ruido les causa daño; asimismo agregó que “las familias también quieren pasar las fiestas tranquilos, sin tener que estar encerrados conteniendo a sus hijos, hermanos; es tiempo de festejar y una forma de incluir a las personas con discapacidad es que ellos también puedan disfrutar sin estar encerrados, soportando lo que para ellos es dolor y sufrimiento”.
