La vicepresidenta Victoria Villarruel retomó este fin de semana su agenda federal con una visita a Río Mayo, Chubut, donde participó del aniversario de la ciudad junto al gobernador Ignacio Torres. El acto marcó su regreso al interior tras el cierre de listas legislativas y coincidió con un clima de máxima tensión en la relación con el presidente Javier Milei, luego de que el Senado —bajo su conducción— aprobara un aumento en las dietas parlamentarias.

El viaje se produjo en paralelo al avance del escándalo de los audios de Diego Spagnuolo, ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), que involucra presuntos pedidos de coimas a laboratorios. Aunque Villarruel no aparece mencionada en las grabaciones, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, sugirió públicamente que fue ella quien acercó al funcionario a las filas libertarias, lo que abrió un nuevo frente de conflicto con la Casa Rosada.

En medio de estas versiones, la vicepresidenta también protagonizó un cruce con la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, quien la señaló en declaraciones públicas. "Tratame con respeto, que soy la vicepresidenta de la Nación", le respondió Villarruel, buscando despegarse del escándalo.

Tensiones con Milei

El caso Spagnuolo profundizó las diferencias con el Presidente, que ya venía cuestionando a Villarruel por su rol en el Senado. Semanas atrás, Milei la había acusado de "traidora" por habilitar una sesión especial de la oposición en la que se votaron leyes con impacto fiscal, incluidas mejoras a las jubilaciones mínimas.

El último episodio fue la actualización automática de las dietas de los senadores, que en noviembre superarán los $10,2 millones brutos. Aunque Villarruel se despegó de la medida, la Casa Rosada reaccionó con dureza. "Una vergüenza", escribió Milei en X, apuntando contra la Cámara alta.

Estrategia de cercanía con los gobernadores

En contraste con el malestar presidencial, la vice viene desplegando una agenda de construcción política junto a mandatarios provinciales, incluso aquellos enfrentados con el Gobierno. En los últimos dos meses, Villarruel participó de actos en Rosario, Tucumán, Catamarca, Santiago del Estero, Corrientes y Salta, consolidando vínculos con referentes de distintos signos políticos.

En Rosario, el 20 de junio, compartió el acto por el Día de la Bandera con el gobernador Maximiliano Pullaro y el intendente Pablo Javkin. El 9 de julio, viajó a Tucumán para los festejos por la Independencia, y días después se mostró en Catamarca junto al gobernador Raúl Jalil en el Festival del Poncho. También mantuvo encuentros institucionales en Santiago del Estero con Gerardo Zamora y visitó Corrientes para participar de la restitución de los restos del sargento Juan Bautista Cabral.

El entramado federal tiene correlato en el Senado, donde Villarruel articula con bloques dialoguistas para impulsar proyectos respaldados por los gobernadores, como las modificaciones en la distribución de impuestos y fondos fiduciarios, que significaron un revés para el Ejecutivo.

De esta forma, mientras el Gobierno busca ligar su nombre al escándalo de Spagnuolo, Villarruel refuerza su perfil autónomo y suma apoyos provinciales en un contexto de creciente distanciamiento con Milei y su entorno más cercano.