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Día Mundial del Autocuidado: las claves para prevenir enfermedades

Alimentarse bien, dormir lo suficiente, moverse con regularidad y usar medicamentos de forma responsable son hábitos cotidianos que fortalecen la salud y alivian la presión sobre el sistema sanitario. Especialistas proponen diez recomendaciones prácticas.

24 Julio de 2025 08.43

Cada 24 de julio se conmemora el Día Mundial del Autocuidado, una fecha que, aunque poco conocida, cobra relevancia creciente en el ámbito de la salud pública. La iniciativa, promovida por la Federación Global del Autocuidado, busca visibilizar el valor de los hábitos diarios en la prevención de enfermedades y en la sostenibilidad de los sistemas sanitarios.

A diferencia de otras campañas centradas en diagnósticos o tratamientos, el autocuidado pone el foco en la acción individual y cotidiana: cómo comemos, descansamos, nos movemos o respondemos ante molestias leves. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades no transmisibles —como la diabetes tipo 2, las afecciones cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer y patologías respiratorias crónicas— constituyen hoy la principal causa de mortalidad global. En la mayoría de los casos, su origen está vinculado a estilos de vida poco saludables.

"El autocuidado no es un concepto nuevo, pero hoy es más necesario que nunca. No se trata solo de no enfermarse, sino de construir bienestar físico, emocional y mental desde lo cotidiano", señalan desde la Cámara Argentina de Especialidades de Medicinales de Venta Libre (CAPEMVeL), una de las entidades que adhiere a esta jornada de concientización.

Decisiones que impactan

Practicar el autocuidado implica adoptar conductas concretas: una alimentación equilibrada, actividad física frecuente, control del consumo de alcohol y tabaco, chequeos médicos periódicos y un uso informado de medicamentos sin receta.

La médica Jimena Worcel, directora médica de CAPEMVeL, diferencia entre dos conceptos clave: "La automedicación responsable implica usar un medicamento de venta libre para un síntoma leve, siempre por poco tiempo y respetando dosis. Pero la autoprescripción, es decir, tomar un fármaco recetado sin indicación médica, puede generar complicaciones graves como interacciones peligrosas o errores en la dosificación".

En ese sentido, la reciente disposición de la ANMAT que permite incluir códigos QR en los envases de medicamentos representa un avance. Estos códigos redirigen al prospecto actualizado del producto, accesible desde cualquier celular. "Leer el prospecto y saber cómo tomar un medicamento también forma parte del autocuidado. Pero si los síntomas persisten, siempre hay que consultar al médico", enfatiza Worcel.

Invierno y virus: pequeños gestos, gran diferencia

Durante el invierno, los cuadros gripales y respiratorios se intensifican, especialmente en ambientes cerrados. Aunque para muchos se trate de molestias pasajeras, su propagación puede evitarse con acciones mínimas: ventilar los espacios, evitar el sobrecalentamiento, abrigarse adecuadamente y quedarse en casa en caso de síntomas.

"La pandemia nos dejó una lección clara: cuidarse uno mismo es también cuidar a los demás. Son pequeñas decisiones que previenen contagios y protegen a quienes están en situación de mayor riesgo", destaca Worcel.

Desde la Federación Global del Autocuidado subrayan que estas prácticas no deben entenderse como soluciones mágicas, sino como estrategias sostenidas en el tiempo. "El autocuidado basado en evidencia permite gestionar mejor los recursos del sistema de salud, fomenta la alfabetización sanitaria y promueve decisiones informadas", señalan desde la organización, bajo el lema "Self-care is healthcare".

Diez gestos simples para un mayor bienestar

Para facilitar la incorporación del autocuidado en la vida diaria, desde CAPEMVeL elaboraron una guía práctica con recomendaciones concretas:

Escuchar al cuerpo: no minimizar síntomas como dolor, acidez o insomnio persistente.

Consultar a tiempo: evitar que un malestar leve se convierta en algo más serio.

Mejorar la alimentación: sumar frutas, verduras, agua y reducir ultraprocesados.

Incorporar movimiento: caminar al menos 30 minutos diarios o hacer pausas activas.

Dormir bien: descansar fortalece el sistema inmunológico y mejora el estado de ánimo.

Ventilar los ambientes: renovar el aire, sobre todo en época invernal.

Organizar el botiquín: revisar vencimientos y tener lo básico a mano.

Leer los prospectos: comprender el uso correcto de los medicamentos.

Evitar la automedicación excesiva: usar con criterio lo que se consigue sin receta y nunca tomar lo recetado sin indicación médica.

Cuidar y cuidarse: ante síntomas, reducir el contacto con otras personas. "La información es clave, pero no alcanza sin una actitud activa. Incorporar hábitos saludables es una decisión personal, pero también necesita el respaldo del entorno familiar y social", concluye Worcel.

En un escenario donde las enfermedades prevenibles siguen en aumento, el autocuidado se consolida como una estrategia fundamental de salud pública. No es un lujo, ni una moda: es un compromiso con uno mismo y con la comunidad.