En el séptimo día de la novena en honor de la Pura y Limpia Concepción del Valle, celebrado el viernes 5 de diciembre en Catamarca, los jóvenes de la Pastoral de Juventud, junto a movimientos e instituciones juveniles, rindieron su homenaje a la patrona provincial.

La celebración eucarística fue presidida por el obispo diocesano, monseñor Luis Urbanč, y concelebrada por el padre Eugenio Pachado, asesor de la Pastoral de Juventud Diocesana, y el padre Ramón Carabajal, capellán del Santuario Catedral. "Que la Madre Celestial los siga guiando, protegiendo contra los males presentes y animándolos a ser forjadores de esperanza con auténtica caridad", expresó el obispo al inicio.

En su homilía, Urbanč señaló que la jornada tuvo como eje la figura de Jesucristo Peregrino, guía hacia la misericordia. "Qué importante para ustedes, queridos jóvenes, que sean testigos y artífices de un mundo nuevo siendo misericordiosos como Dios Padre", destacó.

El obispo alentó a los jóvenes a sembrar con generosidad para cosechar esperanza, incluso cuando sus acciones parezcan pequeñas. "Lo hecho por amor nace de Dios y Él lo hace fructificar de mil maneras", afirmó. También los invitó a acercarse a Jesús con fe, confianza y apertura, colaborando con su misión de transmitir el Evangelio.

Urbanč llamó a recuperar la confianza en los demás, una virtud que, dijo, suele debilitarse con el paso del tiempo. "A veces la mente y el corazón nos juegan malas pasadas y nos alejamos de quienes fueron referentes en nuestra niñez", advirtió. En la misma línea, los instó a mirar con sinceridad y sin prejuicios: "Dejemos atrás lo que nos impide confiar en los demás, en nosotros mismos y en Dios".

Hacia el final de la celebración, el obispo confió a todos los jóvenes del mundo a la intercesión de la Pura y Limpia Concepción del Valle, pidiendo por su protección, discernimiento, fortaleza y crecimiento espiritual. También rogó para que puedan ser constructores de un mundo justo y pacífico, y testigos auténticos de la esperanza.

Durante la preparación de la mesa eucarística, los jóvenes presentaron ofrendas vinculadas con su acción pastoral junto con los dones del pan y el vino. Antes de la bendición final, la asamblea consagró la jornada a Nuestra Señora del Valle y la honró con un canto.