Una fuerte preocupación se instaló en las últimas horas entre los habitantes de Balcozna, en el departamento Paclín, luego de que vecinos denunciaran la realización de fumigaciones aéreas con agroquímicos en las inmediaciones de viviendas, tomas de agua, arroyos y zonas de alta sensibilidad ecológica. La situación generó alarma en la comunidad, que teme por el impacto ambiental que estas prácticas pueden provocar en uno de los territorios más valiosos del corredor biológico de las Yungas.
De acuerdo con el relato de pobladores, la actividad comenzó cerca de las 7 de la mañana de este jueves, cuando una avioneta fue vista realizando vuelos bajos y repetidos sobre un sector donde confluyen diversos recursos naturales clave para la vida de la zona. Según describen, el ruido constante de la aeronave y la dispersión de sustancias químicas alteraron la tranquilidad habitual del paisaje y encendieron la preocupación por la posible contaminación de aguas superficiales, así como por los efectos sobre la flora y fauna autóctona.
Integrantes de la Eco Aldea de Balcozna fueron quienes primero registraron la actividad y advirtieron el riesgo que implican este tipo de fumigaciones. Tras observar la aeronave, se comunicaron con el dueño del campo donde aparentemente se estaba realizando la intervención. Según informaron, el propietario manifestó no estar al tanto de lo ocurrido y desconocer que quienes alquilan el terreno habían autorizado la entrada de avionetas para esparcir agroquímicos.
El dueño aseguró que se comunicará con los arrendatarios para evitar que estas prácticas continúen, y expresó su voluntad de impedir que este tipo de maniobras —potencialmente dañinas para el ambiente— vuelvan a repetirse. Los vecinos destacaron la buena predisposición del propietario para atender el reclamo y su compromiso con la preservación del entorno natural.
Las Yungas constituyen una de las ecorregiones de mayor biodiversidad del país, con especies animales y vegetales únicas, además de una gran disponibilidad de cursos de agua, microclimas y zonas de cultivo artesanal. En ese contexto, organizaciones ambientales y pobladores sostienen que el uso de agroquímicos en proximidad a viviendas y fuentes naturales representa un riesgo alto, no solo por la dispersión aérea de los compuestos, sino también por su capacidad de infiltración en el suelo y las napas.
La comunidad resalta que la reserva de Yungas no solo es un patrimonio ambiental sino también un sostén económico y cultural para quienes habitan la zona. Por eso, apelan a la responsabilidad colectiva para evitar prácticas que puedan comprometer la salud de las personas y la integridad del ecosistema. "Si los pobladores no cuidamos esta reserva, pronto no va a quedar nada", fue el mensaje contundente que dejaron quienes realizaron la denuncia inicial.
Vecinos, organizaciones ambientales analizan realizar nuevas gestiones para que se investigue lo sucedido y se refuercen los controles sobre cualquier tipo de fumigación aérea en Balcozna y su área de influencia. También insisten en la importancia de establecer normas de manejo estrictas para preservar la biodiversidad local y proteger los recursos hídricos que abastecen a la población.
Mientras tanto, la alerta sigue vigente. La comunidad espera que el compromiso del propietario del terreno se cumpla y que los responsables del alquiler eviten autorizar intervenciones con agroquímicos que puedan comprometer la salud de la población y el equilibrio de uno de los ecosistemas más valiosos de la provincia.