Mantener los acolchados limpios y frescos durante el invierno puede ser un verdadero desafío, especialmente en provincias como Catamarca, donde las bajas temperaturas dificultan el lavado y secado de las prendas más pesadas. Sin embargo, un truco casero originario de Alemania se volvió popular por su eficacia y simplicidad: promete dejar los acolchados como nuevos sin recurrir al lavarropas y con muy poco esfuerzo.
El secreto consiste en combinar bicarbonato de sodio y sal gruesa dentro de pequeñas bolsitas de tela, que se colocan directamente sobre la funda del acolchado. Ambos ingredientes naturales poseen propiedades que ayudan a eliminar olores, absorber la humedad y combatir bacterias, dejando la ropa de cama limpia y lista para usar.
Cómo aplicar el método paso a paso
Preparar las bolsitas: usar una tela fina, como gasa o un retazo de sábana vieja.
Agregar los ingredientes: colocar dos cucharadas de bicarbonato de sodio y dos de sal gruesa en el centro de la tela.
Cerrar bien las bolsas: atarlas con hilo o una bandita elástica para evitar que se derramen.
Distribuirlas sobre el acolchado: especialmente en las esquinas y el centro.
Dejar actuar entre 24 y 48 horas: pasado ese tiempo, el acolchado recuperará su frescura y suavidad.
Por qué funciona este truco
El bicarbonato de sodio absorbe la humedad y neutraliza los malos olores, evitando el olor a encierro. Por su parte, la sal gruesa contribuye a eliminar bacterias, reducir la humedad y mantener un ambiente más seco y limpio.
Juntos, forman un método natural y efectivo para conservar los acolchados frescos durante todo el año, especialmente útil en invierno, cuando ventilarlos o lavarlos con frecuencia resulta más complicado.
Precauciones y recomendaciones
Asegurarse de que las bolsitas estén bien cerradas para evitar manchas.
Si se tiene piel sensible o alergias, evitar el contacto directo con los ingredientes.
Este método no reemplaza una limpieza profunda, pero ayuda a mantener los acolchados libres de humedad y malos olores entre lavados.