Hace ocho años que Ricardo de 45 años peregrina de rodillas desde la Catedral Basílica hasta La Gruta, esto como muestra de agradecimiento porque la Madre del Valle curó a su pequeña hija. "Curó a mi hija, a mi angelito cuando tenía dos añitos, hoy tiene 15 años y no tengo cómo devolverle a la Virgencita", contó este papá que año tras año emociona con su historia.
Este año, a esta historia se suma un detalle que llamó la atención y que provocó más emoción a los fieles que fueron testigos de la larga peregrinación.
Esta vez Ricardo no estuvo sólo. Suele ser acompañado de algún familiar u ocasionales peregrinos que lo acompañan y asisten durante un tramo pero en esta oportunidad, él tuvo a un fiel compañero.
Un joven oficial de la Policía de la Provincia, quien desinteresadamente se prestó a acompañarlo durante toda la travesía, a pesar del calor, de lo lento de la marcha y del mismo y propio cansancio. Desde las 8 de la mañana este uniformado caminó a su lado, asegurándose que no sólo la promesa vuelva a ser cumplida, sino que la vida de este padre no corra peligro, lo que en definitiva hace que su promesa de cuidar al prójimo, también sea cometida.
