Franco Colapinto vivió una de sus carreras más arduas desde su llegada a la Fórmula 1. En el Gran Premio de Las Vegas, disputado este sábado por la noche, el piloto argentino finalizó en la 17ª posición tras sufrir un toque en la largada que dañó el difusor de su Alpine A525 y condicionó de inmediato su desempeño. El incidente, protagonizado por Alex Albon (Williams), ocurrió en la primera vuelta y dejó a Colapinto sin adherencia, con dificultades para tomar las curvas y con un rendimiento general muy por debajo de lo esperado.
La acción inicial tuvo lugar en un contexto caótico, cuando Gabriel Bortoleto (Sauber) impactó con Lance Stroll (Aston Martin), obligando al resto del pelotón a frenar para evitar un choque múltiple. Colapinto alcanzó a esquivar la zona del incidente, pero Albon no pudo detener su monoplaza a tiempo y golpeó de atrás al auto del argentino. Ese contacto generó daños directos en el difusor del Alpine, la pieza encargada de generar carga aerodinámica clave en el eje trasero.
El problema no solo afectó el comportamiento del coche durante toda la carrera, sino que también complicó la detención en pits, que tuvo una duración de cuatro segundos debido a las dificultades originadas por la rotura. Sin embargo, el impacto más notorio fue en pista: desde el primer giro, el auto mostró una pérdida casi total de grip, dificultades de frenado y un eje trasero inestable que hizo imposible mantener un ritmo competitivo.
Tras completar la competencia, Colapinto no ocultó su frustración. "Fue una carrera frustrante, fui muy lento. Tenía cero grip. No sé si fue por los daños, pero fue un desastre el auto. No podía acelerar, no podía doblar con freno; cada vez que cargaba la rueda trasera, se movía", declaró ante los medios. El pilarense insistió en que el rendimiento general se mantuvo muy por debajo de lo habitual: "No sé cuántos puntos fueron los daños, pero por lo que escuché no era para que el auto se sintiera tan mal. Fue una carrera mala. No hay nada positivo".
A pesar del mal trago, Colapinto rescató un aspecto: completar la carrera en medio de un panorama adverso. "Es bueno seguir completando las carreras a pesar de tener daños, pero da bronca no haber sido competitivo", comentó. También afirmó que el equipo deberá analizar a fondo lo sucedido: "No encontramos balance en ningún momento. La parte de atrás se movía todo el tiempo. Habrá que trabajar para la próxima".
El piloto argentino también cuestionó la estrategia elegida por Alpine. Según explicó, el stint con neumáticos medios se extendió demasiado, lo que complicó aún más su rendimiento: "Fue un sprint muy largo con medios. Las duras se sentían mejor, pero paramos muy temprano".
El clima extradeportivo tampoco ayudó. Apenas llegando a la zona mixta, Colapinto se mostró molesto por los fuegos artificiales que acompañaron el cierre del evento. "Se creen que es Navidad. Hay perros... Son las diez de la noche. La guita que se gastan en esa pelotudez", lanzó, en un comentario espontáneo que rápidamente se viralizó.
Colapinto había partido desde el 15º puesto y, pese a sus esfuerzos, quedó lejos de pelear por posiciones de puntos. Su compañero Pierre Gasly finalizó 15°, también sin poder destacarse en una carrera marcada por incidentes y abandonos, entre ellos los de Bortoleto, Stroll y Albon.
Con un auto dañado, sin adherencia y con un equilibrio prácticamente inexistente, Colapinto cerró un GP de Las Vegas para el olvido. El argentino ya piensa en la próxima fecha, donde buscará recuperar sensaciones y volver a competir en igualdad de condiciones.