Hablar de récords y hazañas en la carrera de Faustino Oro ya no sorprende, pero sí sigue emocionando. El joven ajedrecista argentino, de apenas 12 años, volvió a dejar su marca en la Copa del Mundo de Ajedrez que se disputa en Goa, India, donde logró un valioso empate frente al Gran Maestro (GM) Vidit Santosh Gujrathi, uno de los mejores jugadores del planeta.
El prodigio porteño, conocido en el circuito como el "Pibe de Oro del ajedrez", protagonizó una partida de altísimo nivel frente al número 27 del ranking mundial, quien ostenta 2715 puntos de Elo y 31 años de experiencia. Pese a la diferencia de edad y trayectoria, Oro mostró una vez más su madurez y precisión, empatando tras 34 movimientos por triple repetición, una señal de absoluta paridad en el tablero.
El enfrentamiento entre ambos tuvo dos jornadas. En la primera, el argentino condujo las piezas negras, mientras que en la segunda se presentó con blancas. La igualdad dejó abierta la definición para este jueves, cuando volverán a enfrentarse en las partidas de desempate. Según las estadísticas de precisión, Faustino alcanzó 99,2%, apenas por debajo del 99,6% de su rival, lo que confirma el nivel superlativo del argentino frente a uno de los grandes del ajedrez contemporáneo.
El Mundial, que se disputa bajo el sistema de eliminación directa, tiene nuevamente a Oro como uno de sus protagonistas más seguidos. Su participación no solo representa un hecho deportivo notable, sino también un hito histórico: es el jugador más joven en competir en una Copa del Mundo y el más joven en la historia de los mundiales de ajedrez.
Más allá de los resultados, el joven porteño se ha convertido en una figura inspiradora para nuevas generaciones. En una entrevista reciente con la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), Faustino contó detalles de su rutina diaria y la disciplina que sostiene su meteórico crecimiento.
"Practico entre cinco y seis horas al día, depende del día. Voy a la escuela hasta las doce y media y después vuelvo a casa a entrenar ajedrez", explicó. Su método combina estudio, práctica intensiva y una pasión inquebrantable por el juego ciencia.
Consultado sobre sus referentes, no dudó en mencionar a su ídolo: "Mi héroe del ajedrez es Magnus Carlsen. Lo admiro mucho", afirmó, en referencia al campeón mundial noruego que domina el tablero desde hace más de una década.
Pero el joven talento argentino también dejó un mensaje para quienes sueñan con seguir sus pasos: "Primero que nada, hay que entrenar ajedrez. Necesitás practicar y, sobre todo, que te guste. Tenés que hacerlo porque te apasiona", aconsejó con la madurez de un veterano y la frescura de un niño.
A medida que avanza el certamen en Goa, el nombre de Faustino Oro vuelve a resonar en el circuito internacional. Con una mezcla de talento, constancia y serenidad, el argentino reafirma su lugar entre los grandes y continúa alimentando su sueño: "Ser campeón del mundo o ser número uno".
El tablero volverá a reunirlo mañana frente a Vidit Santosh Gujrathi, en una nueva prueba de temple y ambición para el chico que, a los 12 años, ya juega como los mejores del mundo.