El reloj marcaba 1 hora, 11 minutos y 3 segundos cuando Nadine Vilca cruzó la meta de los 21K de LA GACETA. No levantó los brazos ni buscó las cámaras: apenas sonrió. Sabía que esa llegada significaba mucho más que una victoria deportiva. Era el reencuentro con el lugar donde había empezado a correr de niña. Tucumán, su "segunda casa", la recibía ahora como campeona.
"Ganar los 21K de LA GACETA es una felicidad inmensa. Correr en Tucumán me trae muchos recuerdos. Soy de Santa María, Catamarca, del Valle de Yocavil, y cuando comencé a competir lo hice aquí. Hacía mucho que no volvía, y hacerlo ahora con este resultado es muy especial", expresó emocionada en una entrevista concedida al medio tucumano.
A 1.900 metros sobre el nivel del mar, en Santa María, Nadine se entrena todos los días rodeada de cerros. Esa altura, que podría ser una dificultad para otros, se transformó en su ventaja. "Entrenar en altura te da un plus. El cuerpo trabaja con menos oxígeno y genera más glóbulos rojos. Cuando bajás al llano, rendís mucho más. En Tucumán corrí los 21K y terminé como si nada", explica.
Sin embargo, advierte que esa exigencia también requiere cuidado: "El cuerpo te da más, pero también te pide más. Hay que saber escuchar los límites".
De Las Panteras al atletismo nacional
Su historia comenzó hace 13 años, en una pista improvisada de fútbol en Santa María. "De chica iba a las carreras del pueblo. Un día se formó el grupo Las Panteras, con el profesor Walter López, y mi mamá me preguntó si quería ir. Dije que sí, y ahí empezó todo", recuerda.
De aquel primer grupo de seis niños, solo ella sigue activa. "Me enamoré de este deporte. Además de competir, queremos difundir el atletismo como salud y disciplina. Es nuestra forma de aportar desde Santa María", dice.
Desde entonces, Vilca ganó 17 títulos argentinos en distintas distancias —800, 10.000 y 21.000 metros— y hoy integra la categoría élite del atletismo nacional. "Estoy adaptándome a este nivel, que es mucho más exigente. Hay que cumplir con cada entrenamiento para que los resultados lleguen", sostiene.
Un cierre de temporada perfecto
El triunfo en Tucumán coronó una temporada intensa: fue su tercer medio maratón del año, tras correr en Salta y La Plata. "Con esta carrera cierro mi calendario de 21K y vuelvo a enfocarme en los 10K", detalló.
Su debut en esta distancia había sido en el Campeonato Nacional de Rosario, donde se consagró campeona argentina. Desde entonces, su nombre empezó a sonar fuerte en el circuito. Pero su rutina sigue siendo la misma: estudiar, entrenar y ayudar a su entrenador en el club donde todo comenzó.
Correr hacia un sueño
Volver a Tucumán fue, para ella, un viaje al origen. "Siempre me sentí muy querida aquí. Correr y ganar en este lugar es algo muy especial", confiesa.
A los 23 años, Nadine Vilca mira hacia el futuro con determinación: "Mi sueño es llegar a unos Juegos Olímpicos. No es fácil, porque este deporte se mide por marcas muy exigentes. Pero voy a trabajar para eso".
Y agrega, con la misma convicción que la impulsa cada mañana a salir a correr: "Correr me hace sentir libre. Es lo que soy desde chica. No me imagino mi vida sin esto".