Para no olvidar: jugaban en la calle y terminaron conociendo a Julián Álvarez
Lorenzo y Nazareno estaban en la puerta de su casa en San Roque, Córdoba, cuando un auto con vidrios polarizados se detuvo a preguntar por "Javier". Sin saberlo, guiaron a los visitantes hasta la casa de Pastore y vivieron un momento inolvidable con el delantero del Manchester City.

Lo que comenzó como una tarde cualquiera en el pequeño pueblo serrano de San Roque, en Córdoba, se convirtió en una anécdota para toda la vida para Lorenzo Mercado (8 años) y Nazareno Cavotti Cornet (12). Estaban jugando al fútbol en la calle, como suele suceder en esa tranquila comuna donde todos se conocen y los autos no necesitan apellido para identificarse. Pero ese viernes tuvo algo distinto.

Un Mercedes oscuro y con vidrios polarizados se detuvo frente a ellos. Su presencia desentonaba con el paisaje. Desde el interior, el conductor les preguntó con total naturalidad: "¿Saben dónde vive Javier?". En San Roque no hace falta aclarar: Javier es Javier Pastore, exjugador de la Selección Argentina y vecino muy querido.

Los chicos, con la espontaneidad de quienes conocen cada rincón del pueblo, no dudaron: se subieron al auto para guiar al visitante hasta la casa del "Flaco". Lo que no sabían era que ese conductor era Fernando Hidalgo, representante de Julián Álvarez, y que dentro de la casa estaban nada menos que el delantero del Manchester City y Lisandro Martínez, ambos tomándose unos días de descanso antes de unirse a la concentración de la Selección por la doble fecha de eliminatorias.

"Nosotros estábamos andando y nos encontramos un Mercedes. No sabíamos quién era. El tipo nos dice que no encontraba la casa de Pastore. El Naza le sacaba fotos al auto. Ahí nos subimos y lo llevamos hasta la casa de la mamá de Pastore. Y ahí sale Julián", relató Lorenzo, aún emocionado.

"Cuando levanto la cara me doy cuenta de que era él. Pero no le pedí foto porque no tenía celular. El Naza tenía uno, pero con una cámara medio medio. Entonces el representante, que tenía buena cámara, nos sacó la foto y le pidió el número al Naza para mandársela después", agregó.

Para Lorenzo, la imagen tiene valor de reliquia: "La voy a imprimir, hacerle un cuadro, ponerle la firma de Pastore y colgarla en casa". La foto ya es también su fondo de pantalla, su estado de WhatsApp y el orgullo de su familia.

La escena, simple pero poderosa, resume mucho del espíritu del fútbol argentino: la cercanía, la espontaneidad, los ídolos que todavía se cruzan con la gente. Un pueblo sereno, dos chicos curiosos, una estrella mundial y un momento único.

Una muestra de camaradería entre jugadores

El "Flaco" Pastore, actualmente en Madrid, le había prestado su casa en San Roque a los futbolistas para que descansaran antes de la concentración. "No me costaba nada y sabía que iban a estar bien ahí", contó entre risas en diálogo con Cadena 3, destacando el espíritu de compañerismo que reina entre los jugadores.

"Siempre hubo camaradería entre nosotros. Si se puede ayudar y para que estén cómodos, no me cuesta nada", agregó Pastore, dándole al gesto la naturalidad que solo tienen los grandes.