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Torneo Clausura

River venció a San Martín de San Juan y sigue puntero en la zona B

El conjunto de Gallardo, que venía de avanzar en la Copa Argentina ante Unión por penales, se impuso con goles de Santiago Lencina y Maxi Salas

31 Agosto de 2025 19.12

Después de ganarle 2-0 a San Martín de San Juan, River está puntero en su zona. También volvió a la cima de la tabla anual. Es el equipo más goleador entre los 30 que disputan la LPF, también uno de los menos goleados. Perdió solo dos veces en lo que va de 2025, un récord histórico a esta altura de la competencia. Se mantiene en carrera en Copa Libertadores, también en Copa Argentina. Los números de River son muy buenos, pero también parecen conducir al equipo de Marcelo Gallardo a un embudo, que tiene su parte más angosta en septiembre en los cuartos de final de la CL ante el Palmeiras. Y es que en la cancha el CARP sigue cinco puntos, como diagnosticó su entrenador hace unas horas. Tal vez incluso menos.

Esta vez a River le alcanzó con jugar discreto para superar a un rival que llegó al Monumental último en todas las clasificaciones por las que hoy estaría descendiendo. En cuatro minutos, una ráfaga de Zonda, volteó a los sanjuaninos, que le hicieron frente con vergüenza, con sus armas, e incomodaron una tarde noche lluviosa en la que para los hinchas de River no quedarán muchas más cosas positivas que el triunfo. Tal vez una sola: Maximiliano Salas. El 7, mucho menos su homónimo chileno que un Mencho Medina Bello posmoderno, es un delantero autogestivo. Se destaca aún más en un River que pocas veces conecta líneas y que frente a los dirigidos por el Pipi Romagnoli directamente no encadenó dos o tres pases seguidos durante buena parte del juego. En esa aridez, un tractor lleno de fuerza pero sobre todo de optimismo como MS se revela como una especie de rey del fútbol por contraste: quedó en evidencia en los dos goles del CARP, primero con una participación clave para destrabar la jugada que definió Lencina y luego para llevarse puesto como un toro a Rodrigo Cáseres y clavarla abajo contra un palo y sacudir de gotas la red que defendía Matías Borgogno.

Antes y después de Salas, River volvió a nadar en un tedio espeso como dulce de leche repostero. Quintero no gravitó bajando a jugar casi de cinco bis para poner pelotas flotadas, Lencina aportó mucha más dinámica y gol que precisión en el circuito, Subiabre se arrinconó más de lo que debe por la izquierda, Castaño empezó más suelto con Portillo de complemento y se fue pinchando y el ex Talleres cumplió más en la disputa de barro que en la distribución y la salida rápida desde el medio. Es poco para River, aún para un River que mixeó titulares y relevos. Fabricio Bustos, criterioso para escalar y fuerte en la marca, sí cumplió por su lateral (su pelea por el puesto con Montiel es la más pareja en términos de nivel en el plantel actual) y Casco aportó prestancia aún en la curva descendente de su carrera. Así y todo River sufrió. Sufrió a espaldas de MQ y Paulo Díaz y no pudo controlar casi nunca el trámite de un partido que se presentaba ideal para hacerlo. No es difícil imaginar que las cuatro o cinco situaciones clarísimas que generó y desperdició San Martín son goles de Palmeiras. Si River quiere pelearle de igual a igual a un cuco como el Verdao tendrá que hacer un lavado de cabeza. Los números le dan, pero el juego le advierte un pronóstico reservado