En los primeros días de septiembre, los dólares oficiales y financieros registran subas, impulsados por la histórica tendencia de dolarización en Argentina ante comicios provinciales y nacionales.
El dólar oficial minorista se vende a $1385 en el Banco Nación, lo que representa un incremento de $25 frente al cierre anterior y marca uno de los valores nominales más altos desde la salida del cepo cambiario. El precio promedio del mercado, según el Banco Central (BCRA), es de $1375,56.
En el segmento mayorista, la divisa alcanza los $1369, con un aumento de $24,52 (+1,82%), acercándose al techo del esquema de bandas de flotación, que actualmente se ubica en torno a los $1460. De alcanzarlo, el BCRA debería intervenir vendiendo reservas.
Los dólares financieros también se mantienen al alza: el dólar MEP cotiza a $1368,04 (+0,8%), mientras que el contado con liquidación (CCL) se vende a $1373,39 (+1,3%). Por su parte, el dólar blue asciende a $1355 (+0,8%), lejos de los $1500 alcanzados en julio del año pasado.
Según la consultora Ecolatina, "los incentivos políticos y el esquema se alinearán para contener el dólar oficial de cara a las elecciones, pero tras los comicios las autoridades deberán asumir los costos de una estrategia que resulta poco sostenible, aumentando la incertidumbre sobre el futuro cambiario".
Bonos y acciones
Con feriado en Estados Unidos por el Día del Trabajo, las operaciones locales fueron acotadas. La Bolsa de Buenos Aires cayó 2,1%, cerrando en 1.943.763 unidades, equivalentes a US$1415 según el dólar CCL (-3,4%). Entre los mayores retrocesos se destacan Transportadora de Gas del Sur (-3,9%), Loma Negra (-3,6%), Irsa (-3,5%), Edenor (-3,4%) y Sociedad Comercial del Plata (-3,4%).
En el mercado de deuda, los bonos soberanos en dólares registran bajas: los Bonares caen hasta 2,22% (AE38D) y los Globales hasta 2,20% (GD41D). El riesgo país se ubica en 832 puntos básicos, reflejando la incertidumbre económica y política.
Desde la consultora LCG señalaron que "los ruidos políticos y la mala praxis en el manejo de instrumentos como las LEFIS acentúan la dinámica de incertidumbre y cuestionan la capacidad del Gobierno para encarar reformas y corregir desequilibrios macroeconómicos".