El efectivo se desploma: ya representa solo el 6% del PBI y el QR pasa a dominar
Mientras el Gobierno descarta un impuesto al uso del efectivo y mantiene el impuesto al cheque, los pagos digitales alcanzan niveles récord. El uso del billete está en mínimos históricos y las transferencias instantáneas ya concentran la mayor parte de las operaciones.

El debate económico de la semana volvió a encenderse en redes sociales, pero esta vez no por el dólar ni por la inflación, sino por una propuesta tributaria que puso al efectivo en el centro de la escena. Sin embargo, más allá de la discusión política, la realidad muestra que el uso del billete ya viene en caída libre desde hace años y hoy representa apenas el 6% del PBI, un mínimo histórico. En paralelo, el sistema financiero argentino vive una consolidación acelerada de los pagos electrónicos, especialmente de las transferencias inmediatas y los pagos con QR.

La polémica estalló luego de que el exviceministro de Economía Emmanuel Álvarez Agis propusiera reemplazar el impuesto al cheque por un tributo al uso del efectivo. El presidente Javier Milei respondió con dureza en X, donde acusó directamente al economista de "ladrón", cerrando de inmediato cualquier posibilidad de avanzar en esa dirección.

Pese a rechazar la idea, el Gobierno también dejó claro que no prevé eliminar el impuesto al cheque en el corto plazo. Ese tributo, creado en 2001 "por emergencia" durante la gestión de Domingo Cavallo, se transformó con los años en una pieza clave de la recaudación nacional. Según explicó el ministro de Economía, Luis Caputo, durante una conferencia en FIEL, el Estado no puede "darse el lujo" de prescindir de impuestos distorsivos como este, ya que aporta alrededor del 1,5% del PBI, incluso más que las retenciones, que representan apenas 1,2%. Aunque la reforma tributaria todavía no se presentó formalmente, Caputo adelantó que será gradual y estará orientada a simplificar el sistema, sin poner en riesgo el superávit fiscal que el Gobierno considera el ancla de su programa económico.

El efectivo, en retroceso estructural

El Informe de Inclusión Financiera del Banco Central confirma lo que los comercios y consumidores vienen señalando desde hace años: el uso del efectivo está en su nivel más bajo de la última década. El circulante en manos del público equivale hoy a solo 6,2% del PBI, una proporción que se mantiene desde hace tres semestres consecutivos.

Además de su menor peso en la economía, también cae su uso cotidiano. Las extracciones por adulto pasaron de 2,7 retiros mensuales en diciembre de 2023 a 2,8 en diciembre de 2024, para luego desplomarse a 1,9 en junio de 2025. Es decir, en promedio, cada persona va al cajero menos de dos veces al mes.

En los supermercados ocurre algo similar: el billete continúa perdiendo terreno en las ventas minoristas y mayoristas, incluso en compras de bajo monto, donde históricamente era dominante.

El auge de los pagos digitales

La contracara del retroceso del billete es el boom sostenido de los pagos electrónicos. En junio de 2025, cada adulto realizó en promedio 28,4 operaciones digitales mensuales, un aumento interanual de 13,2%. También subió el monto promedio mensual operado por persona: creció 21,1% interanual en términos reales, por encima de la expansión en cantidad de transacciones, lo que impulsó el valor promedio por operación.

Los pagos inmediatos son hoy el corazón del ecosistema digital: representan el 60% de todas las operaciones electrónicas del país y concentran el 73% del monto total. El crecimiento fue notable: las transferencias por adulto pasaron de 5,8 en diciembre de 2023 a 12,2 en diciembre de 2024 y alcanzaron 15,2 en junio de 2025.

Los Pagos con Transferencia (PCT) también se consolidan. Subieron de 0,8 operaciones por adulto en diciembre de 2023 a 1,7 en junio de 2025. Su aceptación masiva en comercios, sumada a la acreditación inmediata y costos muy bajos —entre 0,6% y 0,8%—, los vuelve especialmente competitivos.

En este contexto, algunas empresas del sector fintech sorprendieron al apoyar parcialmente la idea de Agis. Argumentan que, aunque las transferencias son formales, las operaciones entre personas físicas quedan fuera del pago de impuestos, como cuando un cliente paga con el alias personal de un comerciante.

Tarjetas en retroceso y crecimiento de usuarios digitales

Mientras avanzan los pagos inmediatos, las tarjetas de débito muestran una ligera caída. Los pagos por adulto pasaron de 10,4 en diciembre de 2024 a 10,1 en junio de 2025. El Banco Central atribuye este retroceso a la sustitución por transferencias y al creciente uso de instrumentos que permiten pagar directamente desde fondos invertidos, como los Fondos Comunes de Dinero tipo "money market".

En contraste, las tarjetas de crédito muestran dinamismo, especialmente en operaciones en un pago y compras en cuotas.

La digitalización también se refleja en la cantidad de usuarios: el 75,5% de los cuentahabientes realizó pagos electrónicos en el primer semestre del año, equivalente a 28,3 millones de personas, un millón más que seis meses atrás. Y el contexto es favorable: el 85% de los adultos usa el celular todos los días y el 78% se conecta a Internet a diario.

Los llamados "usuarios mixtos", que combinan canales digitales y físicos, crecieron de 17,3 millones en 2022 a 27,4 millones en 2025. El salto confirma que la economía argentina atraviesa un proceso acelerado e irreversible hacia la digitalización financiera.