El Gobierno intervino para frenar el dólar y puso un límite en $1.300
Con ventas masivas de futuros, suba de tasas y absorción de pesos, el Banco Central y el Tesoro buscaron evitar que la suba del tipo de cambio impacte en la inflación. La estrategia dejó dudas sobre la flotación cambiaria.

En un intento por frenar la escalada del dólar oficial, el Gobierno nacional intervino de manera decidida en el mercado y fijó un techo de $1.300 para el tipo de cambio, valor al que llegó este lunes antes de retroceder. La acción incluyó ventas masivas de contratos de futuros, suba de tasas en pesos y nuevas medidas para absorber liquidez del sistema financiero.

Durante la jornada, el Banco Central vendió más de USD 600 millones en contratos de dólar futuro, lo que logró hacer retroceder más de un 1% la cotización prevista para fines de julio y agosto. En paralelo, se incentivó una suba de tasas para tentar a los inversores a quedarse en pesos y reducir la demanda de divisas en el mercado contado.

Sobre el cierre del día, el tipo de cambio minorista había retrocedido a $1.280 y el mayorista a $1.260. La reacción oficial fue contundente, coordinada entre el Tesoro y el Banco Central, en lo que los analistas describen como una intervención masiva y multicanal.

Entre las medidas adoptadas también se incluyó una licitación extraordinaria de deuda para absorber pesos excedentes y la reintroducción de pases pasivos del BCRA, lo que implica el regreso de los pasivos remunerados al balance del Banco Central. Esta herramienta había sido eliminada tras el traspaso de las Leliq al Tesoro a principios de año.

Aunque el objetivo inmediato fue evitar que el dólar oficial supere los $1.300, la intervención reavivó las dudas sobre la presunta flotación del tipo de cambio implementada en abril. No obstante, desde el equipo económico aseguran que la moneda sigue flotando dentro de las bandas acordadas con el FMI.

Pese a la suba del tipo de cambio —que acumula un incremento del 12% en menos de un mes— los analistas destacan que no se habría trasladado a los precios, al menos por ahora. Las proyecciones privadas indican que la inflación de julio se mantendría por debajo del 2%, lo que refuerza el objetivo oficial de consolidar el proceso de desinflación.

A su vez, se destaca una mejora del 18% en el tipo de cambio real multilateral desde la flexibilización parcial del cepo en abril, lo que implica una recuperación de la competitividad de la economía argentina en dólares.

¿Alcanzará?

Sin embargo, el panorama para los próximos meses es más incierto. Se espera una fuerte caída en la liquidación del agro —tras la finalización de la baja de retenciones—, al tiempo que aumentará la demanda de divisas por más importaciones y gastos turísticos en vacaciones de invierno.

Mientras tanto, las tasas de interés a un día se ubicaron en el 25% anual, y las LECAP volvieron a ofrecer 2,8% mensual efectivo, algo por encima del 30% anual. Resta ver si estos niveles alcanzarán para mantener a raya al dólar oficial y contener la presión inflacionaria.