Araceli González fue una de las invitadas de este sábado en La noche de Mirtha, el histórico programa conducido por Mirtha Legrand, y dejó varios momentos que no pasaron desapercibidos para el público y las redes sociales. Durante la charla, la conductora aprovechó la ocasión para preguntarle por su presente profesional y personal, pero una consulta puntual generó un gesto de incomodidad que rápidamente se volvió tema de conversación.
Mientras Araceli hablaba sobre su último trabajo como actriz y reflexionaba acerca de su recorrido en la televisión y el teatro, Mirtha Legrand le consultó cómo era actualmente su relación con Facundo Arana, actor con quien compartió proyectos y una intensa exposición mediática en el pasado. La pregunta provocó una reacción inmediata en la invitada: un gesto ambiguo, acompañado de una breve pausa, que evidenció su duda sobre cómo responder.
Finalmente, González optó por una respuesta medida y diplomática, aunque cargada de significado. "Hay personas con las que me llevo muy bien. Es cierto. Y hay personas con las que convivo y convivimos, pero no comemos un asado, por ejemplo. Me pasa eso. Digo, yo no tengo relaciones con todo el mundo", expresó la actriz, dando a entender que, si bien existe un trato cordial, no mantiene un vínculo cercano con Arana.
Con esas palabras, Araceli buscó dejar en claro que una buena convivencia laboral no implica necesariamente una amistad profunda. Según explicó, en el ambiente artístico es habitual compartir espacios de trabajo, escenarios y proyectos sin que eso se traduzca en una relación personal más estrecha. "Uno puede llevarse bien, trabajar bien, y eso no significa que después seas amigo o compartas tu vida privada", deslizó durante la conversación.
Más allá de ese momento, la actriz también se tomó un espacio para reflexionar sobre una etiqueta que, según reconoce, la persigue desde hace años: la percepción de ser una persona antipática. "A veces me pregunto qué pasa con mi vida, que es mucho más normal de lo que la gente cree", comentó, al tiempo que admitió que en el ambiente suele circular esa imagen sobre su personalidad.
Araceli explicó que esa percepción se originó en sus primeros años en la profesión, cuando fue madre siendo muy joven. En aquel momento, debió asumir responsabilidades importantes, como comprar su casa y sostener económicamente a su hija, que era aún muy pequeña. Esa realidad marcó su rutina diaria y su manera de relacionarse dentro del medio.
"Yo trabajaba y me iba a mi casa", recordó. "No hacía lobby ni salía de noche", agregó, en referencia a prácticas habituales en el ambiente artístico que ella eligió no adoptar. Según explicó, esa actitud fue interpretada por algunos como distancia o frialdad, cuando en realidad respondía a una necesidad personal y familiar.
La actriz señaló que esa conducta pudo haber sido vista como "un poco antipática" por algunos colegas, pero aclaró que eso no la convierte en una persona difícil ni conflictiva. Por el contrario, aseguró que mantiene relaciones sanas con sus compañeros de trabajo y que cuenta con amistades sólidas fuera del ámbito laboral.
"Yo tengo mis amigos de la vida y tengo muy buenos compañeros en el trabajo", afirmó, dejando en claro que siempre priorizó el equilibrio entre su vida personal y profesional. Sus declaraciones fueron acompañadas por gestos de serenidad y una reflexión madura sobre el paso del tiempo y las decisiones que tomó a lo largo de su carrera.
La entrevista dejó en evidencia a una Araceli González auténtica, lejos de los rótulos, que eligió responder con sinceridad y sin polémicas forzadas, incluso ante preguntas incómodas. Un gesto, una frase medida y una reflexión personal bastaron para generar uno de los momentos más comentados de la noche televisiva.