Cary-Hiroyuki Tagawa, uno de los intérpretes más emblemáticos de los villanos de Mortal Kombat, murió a los 75 años. La noticia fue confirmada por su familia al medio Deadline, donde precisaron que el actor atravesaba problemas de salud que se agravaron luego de sufrir un derrame cerebral en los últimos meses.
Tagawa se convirtió en un ícono para los fanáticos de la saga gracias a su rol de Shang Tsung, personaje al que dio vida en la película original de 1995, su secuela de 1997 y diversas adaptaciones vinculadas al universo del videojuego, incluido su trabajo como actor de voz.
Una trayectoria marcada por las artes marciales y Hollywood
Nacido el 27 de septiembre de 1950 en Tokio, Japón, y criado desde los 5 años en Estados Unidos, Tagawa se acercó desde muy pequeño a las artes marciales. Con 21 años profundizó su formación en karate en la Universidad del Sur de California y luego regresó a Japón para perfeccionarse en la Asociación Japonesa de Karate.
Su carrera en Hollywood comenzó con pequeños papeles y participaciones como extra, hasta que el personaje de Shang Tsung lo catapultó a la fama mundial. Su presencia física, su entrenamiento en artes marciales y su carisma lo convirtieron en la elección perfecta para roles que requerían intensidad y fuerza dramática.
Más allá de "Mortal Kombat"
Tagawa también dejó su huella en numerosas producciones de cine y televisión. Participó en El último emperador de Bernardo Bertolucci —ganadora del Oscar a Mejor Película—, Memorias de una geisha, Pearl Harbor, Licencia para matar, 47 Ronin, Elektra, El planeta de los simios y la adaptación cinematográfica de Tekken, entre otras.
En televisión, uno de sus trabajos más destacados fue su interpretación de Nobusuke Tagomi en The Man in the High Castle (2015), donde encarnó a un alto funcionario del régimen japonés en una ucronía marcada por la ocupación nazi-imperial. Su papel fue ampliamente elogiado por la crítica por la profundidad y sensibilidad que aportó al personaje.
Un legado que trasciende generaciones
Cary-Hiroyuki Tagawa dejó una marca indeleble en la cultura pop. Su figura quedó asociada no solo al cine de artes marciales, sino también al imaginario de millones de fanáticos del videojuego y de las películas que marcaron a toda una generación.
Su muerte deja un vacío entre los seguidores de Mortal Kombat y del cine de acción, pero su legado continúa intacto en cada una de sus interpretaciones. Que descanse en paz.