El momento de vulnerabilidad que protagonizó Araceli González durante su participación en La noche de Mirtha continúa generando repercusiones en el mundo del espectáculo. La actriz se quebró al recordar su relación pasada con Adrián Suar, padre de su hijo Tomás, y su llanto en cámara abrió un debate sobre los límites de la exposición emocional en la televisión. En ese contexto, Viviana Canosa fue una de las voces que se sumó a la discusión, con una mirada crítica y un comentario cargado de ironía que no pasó desapercibido.

Desde su programa El bulo de Viviana, la conductora analizó junto a su equipo el trascendido de que González habría pedido que no se emitiera el fragmento en el que aparece llorando. Según informó la Agencia Noticias Argentinas, el tema fue abordado como un ejemplo de los dilemas que enfrenta la televisión cuando el dolor personal irrumpe en la pantalla.

Canosa aprovechó la ocasión para recordar una experiencia propia y marcar una postura clara sobre los límites éticos en los medios. "Una vez me pidieron que cortara algo y lo hice", contó al aire, antes de aclarar que no se trataba de contenidos políticos ni editoriales. En ese sentido, diferenció los debates públicos de los momentos de angustia personal.

"Si es una persona que la está pasando mal de verdad, que se angustia, corresponde sacarlo. No es morbo, es humanidad", expresó la conductora, planteando que la televisión no debería sostenerse sobre el sufrimiento ajeno cuando este es genuino y evidente. Sus palabras abrieron un intercambio en el panel sobre hasta dónde llega la responsabilidad de los programas y los canales frente a este tipo de situaciones.

El debate se intensificó cuando uno de los integrantes del equipo recordó que el ciclo de Mirtha Legrand se graba con anticipación, lo que habilita la posibilidad de edición antes de su emisión. Ese detalle alimentó las versiones sobre eventuales gestiones informales para evitar que el fragmento saliera al aire, aunque hasta el momento no hubo confirmación oficial de un pedido concreto por parte de Araceli González.

Fue en ese marco cuando Viviana Canosa lanzó la frase que rápidamente se viralizó. Entre risas, deslizó: "¿Llamó a Suar? Ah, no se hablan", una chicana directa que resonó con fuerza en el ambiente televisivo. El comentario no solo aludió al vínculo distante entre González y su exmarido, sino que también fue leído como una referencia indirecta a la propia relación conflictiva de Canosa con Adrián Suar.

Según trascendió, desde el entorno del programa de Mirtha Legrand le habrían sugerido a la actriz aceptar la situación. "Una vez que pasa al aire, ya está. Es televisión", habría sido el mensaje que recibió González, quien desde hace años mantiene un vínculo frío y distante con Suar, tanto en lo personal como en lo público.

El comentario de Canosa, sin embargo, fue interpretado por muchos como algo más que una ironía circunstancial. Para parte del ambiente, tuvo un dejo de revancha simbólica, en medio de una relación desgastada con el gerente de programación de eltrece. La conductora fue desvinculada abruptamente del canal tras la finalización del ciclo que encabezaba, una decisión que dependió directamente de la gerencia artística.

En ese sentido, el episodio volvió a poner sobre la mesa las tensiones internas de la televisión abierta, los cruces de poder y las heridas que permanecen abiertas detrás de cámara. Mientras Araceli González intenta preservar su intimidad, la polémica expone cómo un momento de fragilidad personal puede transformarse en un nuevo capítulo de disputas mediáticas que exceden largamente al hecho original.