Bolivia define su futuro en las urnas: el posible giro tras 20 años de izquierda
Ocho millones de ciudadanos votan este domingo en un clima de crisis económica y desabastecimiento. Las encuestas anticipan un triunfo de la derecha, lo que abriría una nueva etapa política tras dos décadas de predominio del MAS. Evo Morales apuesta al "voto nulo" para sostenerse como referente opositor.

Bolivia se prepara para una de las jornadas electorales más trascendentes de las últimas dos décadas. Este domingo, casi ocho millones de ciudadanos acudirán a las urnas para elegir al próximo presidente y a los legisladores que conformarán la Asamblea a partir de noviembre, en un contexto marcado por la crisis económica, la escasez de combustible, la inflación y la falta de alimentos.

El país llega agotado a esta cita, con un escenario político en el que la derecha aparece como favorita para romper la hegemonía de la izquierda tras 20 años de predominio del Movimiento al Socialismo (MAS). Sin embargo, persisten las incógnitas: cómo reaccionará la población ante el inminente plan de ajuste, qué respaldo encontrará Evo Morales en su resistencia y cuál será el margen de gobernabilidad que tendrá el nuevo presidente frente a un Parlamento fragmentado.

Un domingo paralizado

Por decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE), el país quedará prácticamente detenido. Solo funcionarán vuelos internacionales y estará prohibida la circulación de vehículos, incluido el transporte público. Quienes necesitaban movilizarse debieron tramitar un permiso especial. Los centros de votación fueron dispuestos a una distancia que los electores puedan recorrer a pie. La medida busca prevenir incidentes y garantizar seguridad.

Las urnas abrirán de 8 a 16 horas (9 a 17 en Argentina) y el TSE prevé difundir el 80% de los resultados preliminares a las 21 (22 en Argentina). Los cómputos oficiales se conocerán en un plazo de siete días. Este año, las actas serán fotografiadas y transmitidas directamente desde los colegios electorales, con supervisión de observadores de la Unión Europea y la OEA.

Un electorado desmotivado

A diferencia de otros procesos en la región, en La Paz apenas se perciben señales de campaña. No hay carteles ni pasacalles, apenas algunos grafitis. "Las preocupaciones de la gente pasan por las colas para conseguir alimentos o combustible. En este contexto, no estaría bien visto que los partidos gasten en publicidad", explicó el analista Jorge Dulón.

Las proyecciones indican que ningún partido superará el 25% de los votos, lo que obligará a tejer acuerdos para avanzar en leyes clave. Se perfila una "democracia pactada", advierten analistas, con riesgo de corrupción y compra de voluntades parlamentarias. Ese escenario, señalan, podría abrir la puerta a un eventual reposicionamiento de Morales como figura opositora.

La estrategia de Evo

Evo Morales, impedido de competir por un fallo constitucional y con causas judiciales en curso, llamó a votar en blanco o anular el sufragio. La maniobra busca dejar en pie su liderazgo ante un triunfo cantado de la derecha. Analistas creen que su convocatoria tendrá un alcance limitado. "Su mito de arrastre quedó en evidencia cuando prometió movilizar 100.000 seguidores y apenas superó el centenar", señaló el especialista José Rafael Vilar.

¿Un nuevo ciclo político?

Según los sondeos, Jorge "Tuto" Quiroga y Samuel Doria Medina lideran la intención de voto con alrededor del 24% cada uno, mientras que el oficialismo del MAS aparece debilitado: Eduardo del Castillo apenas supera el 1% y Andrónico Rodríguez no llega al 9%. La incógnita radica en si las encuestas, desacertadas en 2020, acertarán esta vez.

Mientras tanto, el país espera expectante. Si los pronósticos se cumplen, Bolivia podría iniciar este domingo su mayor giro político en dos décadas.