En Brasil se produjo la muerte de 200 pacientes ingresados en distintos hospitales tras participar en un estudio de un medicamento experimental contra el Covid-19, hecho que produjo que la Comisión Nacional de Ética en la Investigación (CONEP) inicie una investigación.

El estudio se llevó a cabo con "pacientes de cuidados intensivos gravemente enfermos”, pero CONEP afirma que no había sido aprobado.

El órgano, cuya labor es fiscalizar los protocolos de investigación con seres humanos, llegó a autorizar el estudio con proxalutamida a principios de este año, pero afirma, que el que se realizó en el Estado de Amazonas, implicó a más personas de lo que había aprobado: 645 participantes, por sobre los 294 autorizados.

Los medios reportaron diferentes casos. Entre ellos, figura el de Zenite Gonzaga Mota, de 71 años, que comenzó a sufrir los síntomas del coronavirus. Posteriormente, se convirtió en cobaya humana para probar en pacientes de Covid-19, la proxalutamida, una droga experimental que se aplica para algunos tipos de cáncer, pero que “no está registrada en Brasil y no se utiliza en ningún tratamiento en el país”. Según informaron, ni ella ni sus familiares supieron que formaba parte de un experimento. Después de tomar tres cápsulas al día de proxalutamida y de inhalar a diario hidroxicloroquina, Zenite murió y, ahora, la familia pide explicaciones a las autoridades para conocer si el fallecimiento está vinculado al tratamiento.

Por su parte, los investigadores de la Red Latinoamericana y del Caribe de Educación en Bioética de la Unesco, publicaron este 9 de octubre un documento en el que señalan que este podría ser uno de los “episodios más serios y graves de infracción ética” y de “violación de los derechos humanos” de pacientes en la historia de América Latina.

El médico responsable del estudio, Flavio Cadegiani, planteó "el medicamento en prueba no produjo eventos adversos graves” y sostuvo que la Comisión Nacional de Ética intentó invalidar el estudio por el interés demostrado por el presidente Jair Bolsonaro en la proxalutamida, quien dijo que el fármaco es un posible medicamento eficaz contra el Covid-19.

Por otra parte, Luiz Alberto Nicolau, presidente del Grupo Samel, considera que el caso está motivado políticamente y asegura que las muertes son de personas que recibieron placebo. Por el contrario, la CONEP afirma que la empresa no ha podido demostrar esto.

Fuente: El País