En un emotivo homenaje que resonó en el corazón de Colombia, el salsero Yuri Buenaventura se despidió del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, asesinado recientemente. Invitado por la familia del político, el artista interpretó su himno "El Guerrero" en las exequias celebradas en Bogotá, un gesto cargado de simbolismo y un mensaje contundente contra la violencia política.
En diálogo con Caracol Radio, Buenaventura explicó que la canción, escrita hace dos décadas, representa las batallas de todos los colombianos. "La señora que está vendiendo pandebonos en una esquina tiene un sueño y está en su lucha... El Guerrero finalmente es cada uno de nosotros", afirmó el músico, quien viajó especialmente desde Francia para participar en la ceremonia.
Un himno contra la violencia en momentos cruciales
Buenaventura reveló que "El Guerrero" ha marcado varios momentos trágicos en la historia reciente de Colombia. Fue usada en la serie sobre Pablo Escobar para la escena del asesinato de Luis Carlos Galán, y la familia del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio también la eligió tras su muerte. "Esta canción ha hecho su camino, un camino de amor, y he entendido que ya no es mía, es de cualquiera que sienta que está luchando", dijo.
El artista, visiblemente conmovido, recordó que escribió la pieza inspirada en su propio padre, un líder social del Pacífico colombiano. Con voz quebrada, el intérprete subrayó la urgencia de detener la escalada de violencia en el país. "Miguel era un joven de derecha y hay jóvenes de izquierda. Entonces, ¿qué hacemos, nos vamos a dar plomo o qué? Eso tiene que parar", reflexionó, advirtiendo que Colombia se está "doblando" como nación.
Aunque no eran amigos cercanos, Buenaventura había coincidido con Uribe Turbay en varias ocasiones y sabía de su aprecio por su música. Al recibir la llamada de la familia, aceptó sin dudarlo, consciente de la responsabilidad que implicaba su actuación. "Estamos despertando una guerra que se estaba durmiendo", advirtió el cantante, convirtiendo su interpretación en un mensaje directo a un país que debe elegir si vuelve a caer en la violencia o busca la paz.