El alfajor argentino fue reconocido como la mejor galleta del mundo por la prestigiosa guía culinaria internacional Taste Atlas, que evalúa comidas dulces y saladas a nivel global. Esta distinción coloca nuevamente a la repostería argentina en un lugar destacado en el mapa gastronómico mundial.
Según la guía, el alfajor argentino combina dos galletas redondas y suaves unidas por dulce de leche o mermelada, que pueden cubrirse con chocolate o espolvorearse con azúcar glas. Sus ingredientes básicos incluyen harina de trigo, fécula de maíz, azúcar, huevos, manteca, leche, esencia de vainilla, bicarbonato de sodio y polvo para hornear. Esta mezcla sencilla, pero deliciosa, ha convertido al alfajor en un ícono de la gastronomía nacional.
Taste Atlas también destacó el origen del nombre "alfajor", derivado del árabe al-hasú, que significa "relleno". Aunque los alfajores se consumen en gran parte de Latinoamérica, su raíz se remonta a Andalucía, España, desde donde fue llevado por los colonizadores. Cada país adaptó la receta a sus costumbres, pero en Argentina se multiplicaron las variedades de rellenos, coberturas y tamaños, tradicionalmente acompañados con té o café.
En el ranking internacional, detrás del alfajor argentino aparecen otras reconocidas galletas: en segundo lugar el melomakarona griego, hecho con sémola, miel y especias; en tercero la cookie con chips de chocolate de Estados Unidos; cuarto, el stroopwafel de Países Bajos, y quinto, los marranitos mexicanos, pequeños panes de jengibre con forma de cerdito.
Este logro confirma la relevancia cultural y gastronómica del alfajor argentino, consolidando su lugar como un símbolo dulce de identidad nacional reconocido globalmente.