Equipos de investigación en Minneapolis buscan determinar los motivos detrás del brutal tiroteo que ocurrió este miércoles en una escuela primaria católica, el cual dejó un saldo de dos niños muertos y 17 heridos. El atacante, identificado como Robin Westman, de 23 años, se suicidó tras la masacre.
La persona responsable del ataque había estudiado en esa misma escuela. Nacido bajo el nombre de Robert Westman, en 2020 había cambiado legalmente su nombre y género. En su arsenal de armas se encontraron notas, un diario y videos en redes sociales, en los que revelaba su estado de depresión y un largo historial de pensamientos suicidas. Sin embargo, no ofrecen un motivo claro para el crimen.
En uno de los videos, que fue retirado de circulación, se observa a Westman preparando un arsenal de armas marcadas con mensajes de odio contra Trump, el gobierno y la vida en general. En las notas que dejó, admitió estar "enferma, triste y atormentada", y se disculpó con su familia por el acto criminal que pensaba llevar a cabo antes de morir.
El jefe de policía de Minneapolis, Brian O'Hara, informó que Westman también había expresado admiración por los tiroteos masivos en otros videos. Ante la naturaleza del ataque, el FBI abrió una investigación por terrorismo doméstico y crimen de odio anticatólico.
Un debate sin fin
El ataque reavivó el debate sobre la libre circulación de armas en Estados Unidos. El atacante había adquirido legalmente su arsenal, que incluía un fusil, una carabina y una pistola, a pesar de su historial de depresión.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, escribió en redes sociales que "el asesino es un hombre de 23 años que se identifica como transgénero. Este monstruo perturbado atacó a los más vulnerables". Por su parte, el alcalde de Minneapolis, Jacob Fray, advirtió que quienes "aprovechen esta ocasión para demonizar a nuestra comunidad trans o a cualquier otra comunidad han perdido el sentido de la humanidad".
Los hechos ocurrieron alrededor de las 8 de la mañana, cuando Robin Westman abrió fuego a través de las ventanas de la Iglesia de la Anunciación, mientras decenas de estudiantes asistían a una misa. "Dos niños pequeños, de ocho y diez años, murieron donde estaban sentados en los bancos", relató O'Hara. Otras 14 niños y tres feligreses de edad avanzada resultaron heridos.
El ataque ha recibido una condena generalizada, incluyendo al presidente Donald Trump, quien ordenó que las banderas estadounidenses en la Casa Blanca fueran izadas a media asta en señal de luto.
