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Habemus sucesión

El menú secreto del cónclave: ligero, nutritivo y a prueba de estrés

El nutricionista Giorgio Calabrese diseñó una dieta especial para los 133 cardenales que elegirán al próximo Papa: platos sabrosos, energéticos y fáciles de digerir, preparados bajo total hermetismo por religiosas en la Casa Santa Marta.

7 Mayo de 2025 07.31

Con la mirada del mundo puesta en el Vaticano, este miércoles 7 de mayo comenzará el cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco. En paralelo a las intensas deliberaciones que protagonizarán los 133 cardenales electores, se desplegará un operativo igual de reservado y estratégico: el menú alimenticio que los acompañará durante la clausura.

El encargado de esta tarea fue el nutricionista italiano Giorgio Calabrese, especialista en Ciencias de la Alimentación y asesor del Ministerio de Sanidad de Italia. Su misión fue diseñar una dieta equilibrada, sabrosa y funcional, pensada para mantener la energía, la concentración y el bienestar digestivo de los cardenales durante un proceso que impone cuatro votaciones diarias y escasa movilidad.

Comer contra el estrés

"El objetivo es mantener baja la producción de cortisol, la hormona del estrés, que eleva la insulina y puede acumular grasa", explicó Calabrese. Por eso, optó por platos livianos, ricos en fibra, proteínas magras y antioxidantes, que eviten el letargo físico y mental.

¿Qué comerán los cardenales?

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Desayuno:
Leche parcialmente desnatada, tostadas con mermelada o miel y té o café. Se descartan opciones saladas y pesadas como huevos o panceta, más habituales en culturas anglosajonas.

Almuerzo:
Un primer plato de pasta con tomate y albahaca o risotto de verduras, seguido por carne blanca o pescado a la plancha, acompañado de vegetales al vapor y pan tostado. Se utiliza aceite de oliva virgen extra y se cierra con una fruta fresca como postre.

Merienda:
Frutas de estación —como fresas o arándanos—, yogur parcialmente desnatado y té suave, pensado para brindar energía sin sobrecargar.

Cena:
Opciones muy ligeras: jamón cocido, salmón ahumado, pescados azules o mozzarella. Nada de platos pesados como pastas con salsas cremosas.

Adaptaciones y prohibiciones

Aunque se permite un vaso de vino, la recomendación es optar por un Moscato d'Asti, de bajo contenido alcohólico. En cambio, se prohíben los licores fuertes, que "desgastan el hígado y restan energía al cerebro". Para los cardenales con intolerancias alimentarias, se prevén alternativas como arroz, quinoa, pasta sin gluten o infusiones en lugar de lácteos.

Cocina con voto de silencio

Toda la logística alimentaria se desarrollará dentro del Vaticano, bajo el más estricto secreto. Las encargadas de cocinar y servir serán las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, quienes, al igual que cocineros, mozos y transportistas, están bajo juramento de confidencialidad. La entrada de alimentos externos está completamente prohibida.

"Las religiosas tienen la última palabra en la ejecución del menú, pero lo importante es que los cardenales se sientan bien para enfrentar una decisión tan trascendental", concluyó Calabrese. Con un plan alimenticio que equilibra tradición y ciencia, el Vaticano apuesta a que cada comida también sea parte del apoyo silencioso en uno de los procesos más solemnes de la Iglesia Católica.