La entrega del Premio Nobel de la Paz a la opositora venezolana María Corina Machado provocó una fuerte reacción desde Estados Unidos. El director de comunicación de la Casa Blanca, Steven Cheung, expresó este viernes que el Comité Nobel "ha demostrado que pone la política por encima de la paz", en alusión al reconocimiento otorgado a Machado en lugar del presidente norteamericano Donald Trump, quien había sido considerado como posible candidato.

"El presidente Trump seguirá alcanzando acuerdos de paz, poniendo fin a guerras y salvando vidas. El comité del Nobel probó que pone la política por encima de la paz", escribió Cheung en su cuenta oficial de la red social X. El funcionario acompañó su publicación con un tono abiertamente elogioso hacia el mandatario estadounidense, al afirmar que "Trump tiene el corazón de un humanitario y nunca habrá nadie como él, capaz de mover montañas con la fuerza pura de su voluntad".

La postura oficial de la Casa Blanca fue difundida tras conocerse la noticia y replicada por el medio francés RFI, que en su cobertura destacó también las felicitaciones de líderes internacionales como Emmanuel Macron, de Francia, y Javier Milei, de Argentina. A su vez, subrayó la reacción ambigua del presidente colombiano Gustavo Petro, quien felicitó a Machado pero aprovechó la ocasión para recordar a una anterior ganadora africana del mismo galardón.

Desde su regreso a la presidencia en enero, Trump había insistido en que merecía el Nobel de la Paz por su papel en la resolución de diversos conflictos globales. En la víspera del anuncio, volvió a reiterarlo durante un acto público, destacando su mediación en la primera fase del alto el fuego en Gaza, a la que calificó como "la octava guerra terminada desde su retorno a la Casa Blanca".

"Sea lo que sea que hagan, está bien. Sé esto: no lo hice por eso, lo hice porque he salvado muchas vidas", aseguró el mandatario al ser consultado por la prensa, en referencia a su exclusión de la lista de candidatos.

Sin embargo, los expertos del Instituto Nobel de Oslo habían descartado desde un principio las posibilidades de Trump. Según el análisis de los especialistas, sus políticas de "América Primero" contravienen los ideales que sustentan el galardón, tal como fueron definidos en el testamento de Alfred Nobel en 1895.

En contraste, la distinción a María Corina Machado fue recibida como un gesto de respaldo internacional a la lucha democrática en Venezuela, donde la dirigente encabeza la oposición al régimen de Nicolás Maduro. Desde París, el presidente francés Emmanuel Macron celebró la decisión y destacó "la valentía y el compromiso" de la líder venezolana, en un comunicado oficial difundido por el Palacio del Elíseo.

Desde Buenos Aires, el presidente argentino Javier Milei también se sumó a los mensajes de apoyo, escribiendo en redes sociales: "Iluminas al mundo peleando contra la narcodictadura de Venezuela".

En tanto, el presidente colombiano Gustavo Petro optó por un mensaje más matizado: si bien felicitó a Machado, recordó primero a una exganadora africana del Nobel, en un gesto que analistas interpretaron como una forma de equilibrar su posición política frente al chavismo.

La controversia diplomática desatada tras el anuncio confirma que, más allá de los méritos personales de los galardonados, el Premio Nobel de la Paz sigue siendo un símbolo con alto impacto político y una plataforma desde la cual los gobiernos buscan proyectar sus visiones del orden internacional.