Lo que se sabe del despliegue de buques de guerra de EEUU frente a Venezuela
La llegada de buques de guerra de Estados Unidos para combatir el narcotráfico ha generado una fuerte reacción en Venezuela, alimentando teorías de una posible invasión. Mientras el Gobierno de Nicolás Maduro moviliza a la milicia, la oposición ve en esta acción el principio del fin del régimen. Expertos, sin embargo, desestiman el riesgo de una incursión militar.

La presencia de buques de guerra de Estados Unidos en aguas cercanas a Venezuela se ha convertido en el centro de la atención pública. Mientras el Gobierno de Nicolás Maduro ha aprovechado la situación para movilizar a una milicia debilitada, la oposición lo interpreta como una señal del inminente colapso del régimen. Sin embargo, analistas y funcionarios descartan cualquier posibilidad de invasión.

El despliegue naval, que según un funcionario de defensa aumentará en los próximos días con la llegada de más de 4.000 efectivos, se ha convertido en un tema recurrente en las calles y hogares venezolanos, alimentado por la desinformación en redes sociales y los medios estatales.

El propósito del despliegue

El almirante Daryl Caudle, jefe de Operaciones Navales de la Marina de Estados Unidos, indicó que los buques están en la región para apoyar "operaciones y misiones venezolanas" relacionadas con el combate a los cárteles de la droga. Aunque no especificó el destino exacto de las embarcaciones, Caudle subrayó la preocupación de Washington por la participación de ciudadanos venezolanos en grandes operaciones de narcotráfico.

Este despliegue se enmarca en una estrategia más amplia del presidente Donald Trump para combatir a los cárteles, a los que responsabiliza del tráfico de drogas y de la violencia en Estados Unidos. La designación reciente de organizaciones como el Tren de Aragua de Venezuela y la MS-13 de El Salvador como grupos terroristas refuerza este enfoque.

Para Christopher Sabatini, investigador del Chatham House de Londres, esta estrategia de la Casa Blanca busca "hacer todo el ruido posible" para complacer a la oposición venezolana que apoya a Trump e intimidar a funcionarios del Gobierno de Maduro para que deserten. A pesar de ello, Sabatini advierte: "No existe un realismo aquí en cuanto a la probabilidad de una invasión real".

La respuesta de Nicolás Maduro

Consultado sobre la llegada de la flota estadounidense, Nicolás Maduro afirmó en un programa de televisión que más del 90% de los venezolanos rechaza "los anuncios y amenazas del gobierno estadounidense". "Nosotros, los venezolanos, estamos dentro de nuestra propia ley y nadie toca esta tierra", agregó.

El mandatario rechazó las acusaciones de narcotráfico y aseguró que Venezuela, a diferencia de Colombia, está "libre de cultivos de hoja de coca y de producción de cocaína". Además, el embajador venezolano ante Naciones Unidas, Samuel Moncada, se reunió con el secretario general de la ONU para pedirle que inste a EE. UU. a detener "todas sus acciones y amenazas hostiles" contra la soberanía venezolana.

La milicia, un recurso en la mira

El anuncio del despliegue estadounidense llevó a Maduro a convocar a los venezolanos a sumarse a una milicia voluntaria. Aunque el mandatario calificó las jornadas de inscripción como exitosas, no proporcionó cifras de nuevos reclutas.

El partido oficialista asegura desde hace tiempo que la milicia cuenta con más de 4,5 millones de miembros, una cifra que muchos analistas consideran poco creíble, dada la caída del apoyo popular y la masiva migración de venezolanos. Este número contrasta con los resultados de las elecciones presidenciales del año pasado, donde Maduro obtuvo solo 6,4 millones de votos, según datos del Consejo Nacional Electoral afín al gobierno.

La oposición y su visión

Por su parte, la líder opositora María Corina Machado agradeció a la administración de Trump por adoptar el "enfoque correcto" hacia el "grupo criminal" que, a su juicio, se ha apoderado de Venezuela. En sus redes sociales, Machado aseguró que los venezolanos "desobedecieron" la convocatoria del Gobierno a la milicia, destacando que las "plazas vacías" anuncian un "futuro que se acerca".

Sin embargo, el investigador Christopher Sabatini criticó a la oposición por "manipular cínicamente las esperanzas de la gente" y "caer de nuevo en la trampa de que una invasión es inminente", calificando su estrategia como "estancada".