Maduro le respondió a Trump: "Aquí estaré para servir al pueblo por siempre, for ever"
En un masivo acto en Caracas, el líder chavista rechazó el "ultimátum" de la Casa Blanca, denunció "terrorismo psicológico" y advirtió que Venezuela no aceptará "la paz de los esclavos ni de las colonias", intensificando la escalada de tensión con Estados Unidos.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, encabezó este lunes una multitudinaria movilización en Caracas, transformando el acto en un contundente mensaje de desafío directo a los Estados Unidos y, en particular, al presidente Donald Trump. En un contexto de creciente tensión regional, marcado por la amenaza latente de una acción militar terrestre y maniobras navales estadounidenses en el Caribe, el líder chavista aseguró que permanecerá al frente del poder "para servir al pueblo por siempre, for ever".

La declaración se produce en medio de una escalada diplomática y militar que ha llevado a Trump a convocar de urgencia a su gabinete de seguridad y defensa para definir los próximos pasos en la crisis venezolana. Maduro utilizó el escenario público para rechazar cualquier intento de injerencia o negociación bajo presión, enfatizando que su permanencia en el poder es un mandato popular y una herencia del expresidente Hugo Chávez.

"Le tengo malas noticias al imperio. No es un hombre. No es Maduro. Es un pueblo vergatario (destacado) dispuesto a luchar por esta Patria en las décadas por venir," proclamó Maduro ante miles de seguidores. "Eso sí, aquí me dejó Chávez. Aquí me han puesto ustedes en tres elecciones y aquí estaré para servir al pueblo siempre for ever para construir la Patria bonita", sentenció.

La movilización no fue solo una demostración de fuerza popular, sino que también sirvió para la juramentación de los comandos de comunidad bolivarianos integrales, estructuras de base que el chavismo activa en momentos de máxima confrontación.

Rechazo a la "Paz de las Colonias" 

El discurso del mandatario venezolano estuvo cargado de referencias directas a la soberanía y la dignidad nacional, en un claro intento por cohesionar a sus bases frente a la presión externa. Maduro enfatizó que, si bien Venezuela busca la paz, esta debe estar basada en la libertad y la dignidad.

"Queremos paz, pero paz con soberanía, con libertad. No queremos la paz de los esclavos ni la paz de las colonias. Colonia nunca, Esclavos jamás. Libertad, república, paz con dignidad. Esa es la paz que vamos a preservar, esa es la paz que vamos a conquistar", manifestó, dibujando una clara línea roja ante cualquier posible acuerdo o cesión territorial o política

En un pasaje inusual de su alocución, Maduro utilizó un lenguaje coloquial e informal, un "lenguaje tarzaneao", para dirigirse directamente a la Casa Blanca: "No a la guerra loca. No crazy war. Peace for ever (paz para siempre). Esto se llama lenguaje tarzaneao. Tipo Tarzán. No war. De parte de la people bolivarian republic".

El líder bolivariano denunció que su país está inmerso en "22 semanas de agresión", un período que coincide con las intensas maniobras militares que Estados Unidos ha desarrollado en el Caribe. Calificó esta campaña como "terrorismo psicológico" destinado a desestabilizar a la población y forzar un cambio de rumbo en el país.

"Hemos vivido 22 semanas de una agresión que se puede calificar como terrorismo psicológico, son 22 semanas que nos han puesto a prueba. No nos han sacado con su terrorismo psicológico ni un centímetro del camino correcto," aseveró, antes de reafirmar su lealtad incondicional: "Tengan la seguridad de que jamás les fallaré, jamás, nunca jamás. No hay forma ni manera que nosotros (...) le fallemos a este pueblo hermoso y bolivariano."

Conversación secreta y cierre del espacio aéreo

La escalada de tensión se hizo evidente con la admisión por parte de Trump el domingo pasado de haber mantenido una conversación telefónica con Maduro, aunque sin ofrecer detalles sobre el contenido. Medios de prensa estadounidenses revelaron que en dicha llamada el líder republicano habría emitido un ultimátum a Maduro para que abandonara el país junto a su familia, lo que explicaría la dureza de la respuesta pública del mandatario venezolano.

Sumado a la presión diplomática y militar, la crisis ha impactado directamente en la conectividad aérea de Venezuela. La Administración Federal de Aviación (FAA) de EE. UU. emitió un aviso el 21 de noviembre instando a las aerolíneas a "extremar la precaución" al sobrevolar Venezuela y el sur del Caribe, citando una "situación potencialmente peligrosa". Esta medida provocó la suspensión de operaciones de varias aerolíneas internacionales clave, incluyendo Iberia, Avianca y Turkish Airlines. Solo compañías como Copa, Wingo, Satena y Boliviana de Aviación mantienen vuelos.

La tensión alcanzó su clímax cuando Trump advirtió el pasado sábado en su red social Truth que las aerolíneas y los pilotos debían asumir que el espacio aéreo de Venezuela "permanecerá cerrado en su totalidad", intensificando la sensación de un bloqueo aéreo total. A este escenario se sumó la controversia generada por la admisión de la Casa Blanca de que el jefe del Comando de Operaciones Especiales de EE. UU. ordenó un segundo ataque contra sobrevivientes de una embarcación en el Caribe, lo que Maduro ha usado como ejemplo de las "maniobras militares" hostiles en la región.