Con el fallecimiento del papa Francisco, se desató de inmediato la tradicional carrera por anticipar quién será su sucesor al frente de la Iglesia Católica. En esta oportunidad, la especulación no solo recorre los pasillos del Vaticano, sino que también se alimenta desde las casas de apuestas británicas y, por primera vez, desde algoritmos de inteligencia artificial.

En el podio de favoritos, dos nombres sobresalen con claridad: el cardenal italiano Pietro Parolin y el cardenal filipino Luis Antonio Tagle. Parolin, actual secretario de Estado del Vaticano, concentra el 35% de probabilidades de ser elegido, mientras que Tagle, pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, alcanza un 25%, según los cálculos de las principales agencias de apuestas del Reino Unido, conocidas por su creatividad incluso en terrenos no deportivos.

Con el Cónclave cada vez más cerca, las apuestas no se limitan al nombre del futuro pontífice. Las casas ya ajustan sus cuotas en función de posibles sorpresas entre los llamados papabili, y la especulación se amplía a detalles como el nombre pontifical que adoptará el nuevo Papa o incluso el día de la semana en que será elegido.

Además de Parolin y Tagle, figuran entre los candidatos con mayores chances el húngaro Peter Erdo, el portugués José Tolentino, los italianos Matteo Zuppi y Pierbattista Pizzaballa, y los africanos Fridolin Ambongo Besungu, Peter Turkson y Robert Sarah. Algunas agencias no descartan incluso a figuras mayores de 80 años —excluidas del Cónclave por edad— como el italiano Angelo Scola y el canadiense Marc Ouellet.

El fenómeno ha dado lugar también a la aparición de Fantapapa, un juego online que emula el espíritu del popular Fantasanremo. La plataforma ya suma miles de usuarios que pueden armar su equipo de candidatos y apostar sobre diversos aspectos de la elección papal. Una señal más del creciente interés global por uno de los eventos más relevantes del mundo religioso y político.