En las horas previas al cónclave en el que se definirá al sucesor del papa Francisco, varios cardenales se despidieron de sus seguidores en redes sociales antes de desconectar sus teléfonos y entrar en el riguroso aislamiento que exige el proceso de votación en la Capilla Sixtina.
El arzobispo de Santiago de Chile, Fernando Chomali, compartió en X un video en el que se lo ve lavando su camisa blanca, acompañado del mensaje: "Lavando la camisa blanca para llegar al cónclave impecable!".
Poco después, el cardenal chileno publicó otro mensaje más profundo: "Hoy entro al cónclave sin celular. Solo de cara a Dios para votar por quién será el papa. Una responsabilidad que me sobrepasa. En la oración ha surgido: Señor ten piedad; Viva Chile mi alma; Amo a la Iglesia que me mostró a Jesucristo nuestro Señor, Luz, Camino, Verdad y Vida".

Por su parte, el cardenal de Argel, Jean Paul Vesco, se dirigió a sus amigos en Facebook con una reflexión sobre el contraste entre el rito medieval del cónclave y la hiperconectada era moderna: "Esta noche entro en el silencio del cónclave. ¡Qué ganas! Esta arcaica institución del siglo XI demuestra una modernidad increíble en la era de la sobremediación, las redes sociales y nuestras dependencias digitales. Se acabaron los teléfonos y el internet, las ventanas de nuestras habitaciones están selladas... Saldremos con la proclamación: ¡Habemus Papam! ¡Menuda aventura!".
El cardenal conservador estadounidense Raymond Burke también aprovechó Facebook para dejar un mensaje, pidiendo apoyo espiritual: "Su oración es urgente por los cardenales que entran en el cónclave para elegir al sucesor de San Pedro".
Finalmente, el más joven del colegio cardenalicio, el ucraniano Mykola Bycok, de 45 años, escribió un emotivo mensaje que refleja la tensión entre sus responsabilidades eclesiásticas y las preocupaciones por su país: "Mientras esté en la Capilla Sixtina, rezaré por una paz justa en Ucrania".
El cónclave, que comenzará este miércoles en el Vaticano, se desarrolla bajo estrictas medidas de aislamiento, sin acceso a dispositivos electrónicos y con ventanas selladas para garantizar el máximo secreto en la elección del nuevo pontífice.