El mar de Costa Rica ha regalado un hallazgo único a la ciencia. Un grupo de pescadores encontró en el Caribe un tiburón nodriza con una asombrosa pigmentación de color naranja brillante. El inusual ejemplar, avistado en agosto del año pasado, dejó atónito a los pescadores y se ha convertido en el primer caso de un tiburón con estas características.
Garvin Watson, guía de pesca y testigo del hecho, relató su asombro: "Se miró un resplandor naranja al fondo y digo yo: '¿Qué es esto, por Dios?'. Todos gritábamos como locos". Tras media hora de lucha, el grupo logró subirlo a la embarcación, donde lo fotografiaron y luego lo devolvieron al mar.
Una combinación genética única
La singularidad del tiburón nodriza, que medía 1,80 metros, captó la atención de los científicos. Daniel Arauz Naranjo, biólogo marino y director ejecutivo del Centro de Rescate de Especies Marinas Amenazadas de Costa Rica, se mostró impresionado por el hallazgo.
Arauz Naranjo y sus colegas publicaron un estudio en la revista Marine Biodiversity que concluyó que la extraña pigmentación del animal podría ser el resultado de dos condiciones genéticas extremadamente raras: albinismo y xantismo. Mientras el albinismo elimina la pigmentación del cuerpo, el xantismo provoca un exceso de pigmentos amarillos. La combinación de ambas, que se traduce en un color naranja intenso, es particularmente inusual.
El biólogo Arturo Angulo de la Universidad de Costa Rica afirmó que los tiburones nodriza suelen depender de su color parduzco para camuflarse en el fondo marino, lo que hace que sobrevivir con un color tan llamativo sea un desafío. Sin embargo, el tiburón naranja demostró que no tuvo problemas para sobrevivir, gracias probablemente a las aguas turbias de la zona.
Un faro para la investigación
El asombroso hallazgo ha abierto nuevas preguntas para los investigadores. Arauz Naranjo se mostró impresionado de que "aún a estas alturas alguien pueda ir ahí, al mar, cerca de la costa, y descubrir algo que no haya sido registrado para la ciencia todavía".
El equipo de biólogos planea bucear el próximo año en el mismo lugar donde fue visto el animal, con la esperanza de volver a encontrarlo y estudiar si algún factor ambiental podría estar relacionado con su color.
A pesar de la rareza de su hallazgo, los pescadores no dudaron en devolver al tiburón al mar. Antes de soltarlo, Garvin Watson se acercó al animal, besó su lomo y le agradeció por haber hecho el viaje tan feliz. "Gracias por haber estado en el momento exacto con mi bote. Gracias por haber mordido el cebo mío", concluyó emocionado.