El presidente estadounidense, Donald Trump, lanzó este viernes un ultimátum a Hamás: la organización tiene hasta las 18.00 (hora de Washington, 22.00 GMT) del domingo para aceptar un plan de paz de 20 puntos, advirtió en una publicación en su red social Truth Social, y aseguró que, de no hacerlo, "se desatará un infierno como nunca antes visto" contra el grupo. La advertencia tiene lugar a pocos días de cumplirse el segundo aniversario de la masacre del 7 de octubre.
El plan, presentado por la Casa Blanca y divulgado el lunes, plantea un cese inmediato de las hostilidades, la liberación de rehenes y la creación de una autoridad de transición para Gaza que, según la propuesta, sería supervisada por personalidades internacionales, entre ellas el propio Trump y el ex primer ministro británico Tony Blair. La iniciativa incluye además demandas explícitas de desarme de Hamás y garantías para la entrada de ayuda humanitaria.
Según fuentes oficiales, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dio su visto bueno al texto, y el Gobierno estadounidense ha buscado el respaldo de países de la región para presionar a la organización palestina. Funcionarios de la Casa Blanca comunicaron que se han utilizado intermediarios regionales para transmitir la oferta y la urgencia de una respuesta.
En su mensaje, Trump pidió explícitamente a los "palestinos inocentes" que abandonen inmediatamente determinadas zonas de Gaza que podrían verse afectadas en caso de que fracase la negociación, y afirmó que "la mayoría de los combatientes de Hamás están rodeados y atrapados militarmente, esperando solo mi orden para que sus vidas sean destruidas rápidamente". "Pido a todos los palestinos inocentes que abandonen inmediatamente esta zona, donde podría haber una gran cantidad de muertes, y se dirijan a zonas más seguras de Gaza. Todos serán bien atendidos por quienes están listos para ayudar. ¡Afortunadamente para Hamás, tendrán una última oportunidad!", dijo en específico.
La exhortación a la evacuación generó advertencias de organismos humanitarios, que sostienen que en Gaza no existen lugares totalmente seguros para la población civil.
La reacción internacional fue inmediata y variada. Mientras algunos aliados celebraron cualquier iniciativa orientada a poner fin al conflicto y recuperar rehenes, organismos humanitarios y voces críticas cuestionaron la viabilidad del plan, su falta de detalles operativos y las implicancias sobre la soberanía palestina. Analistas señalan que exigir el desarme de Hamás y proponer una administración internacional condiciona fuertemente el futuro político de Gaza y podría reavivar tensiones si el grupo rechaza la oferta.
Por ahora, Hamás no ha ofrecido una respuesta definitiva pública; fuentes cercanas al movimiento indicaron que evaluarán la propuesta en función de si respeta los derechos y demandas palestinas. En la Casa Blanca el mensaje fue tajante: si la oferta de "última oportunidad" no es aceptada, las consecuencias serán "sin precedentes", según proclamó el propio Trump, que vuelve a situar la presión sobre el terreno y a elevar la tensión en una región ya desgarrada por meses de guerra.
Mientras se espera la respuesta de Hamas al plan para poner fin a la guerra, las fuerzas israelíes interceptaron este viernes el último barco de una flotilla internacional que intentaba romper el bloqueo marítimo del gobierno de Netanyahu sobre Gaza, sumergida en una crisis humanitaria.
La "Global Sumud Flotilla" (que significa "resiliencia" en árabe) partió el mes pasado de Barcelona, con activistas como Greta Thunberg, con la intención de llevar ayuda al territorio palestino. Se estima que unos 450 activistas que iban en las embarcaciones fueron detenidos.