El Vaticano confirmó que casi 50.000 personas se acercaron hasta la mañana de este jueves a la Basílica de San Pedro para despedir al papa Francisco, en el segundo de los tres días en que su féretro permanecerá expuesto al público. La gran afluencia de fieles obligó a extender el horario de apertura de la Basílica, que este jueves se mantuvo abierta de manera ininterrumpida desde la madrugada hasta las 5.30, reabriendo a las 7.00 tras una breve pausa para limpieza y reorganización.
Aunque originalmente estaba previsto que las puertas cerraran a la medianoche, la Santa Sede decidió permitir el ingreso de los fieles que aguardaban hasta tres horas en fila. La imagen de largas columnas humanas se repitió durante toda la jornada: la fila para ingresar llegó a extenderse dos kilómetros, desde Piazza Risorgimento hasta Porta Angelica, en las inmediaciones de la Plaza de San Pedro.
El protocolo de seguridad dispuesto por la Policía italiana y la Protección Civil fue estricto, con barreras y controles que permitieron ordenar el ingreso en medio del creciente número de visitantes. La última jornada de exposición será este viernes, cuando la Basílica cerrará a las 19.00 para dar paso a la ceremonia de sellado del féretro.
Francisco descansa en un ataúd de madera, sin el tradicional catafalco, tal como él mismo lo había dispuesto. Su cuerpo fue colocado en una plataforma sencilla, frente al altar de la Confesión y junto a la tumba de San Pedro, bajo el baldaquino de Bernini.
Como parte del luto oficial, cada noche a las 21:00 (hora local) se reza el rosario en la Basílica de Santa María La Mayor, en memoria del Papa. Además, las autoridades romanas evalúan organizar un cortejo fúnebre por las calles del centro histórico como último homenaje antes del funeral del sábado, que contará con la presencia de líderes políticos y religiosos de todo el mundo.