Un hombre de 73 años fue condenado a 12 años de prisión por haber abusado sexualmente de tres de sus hijas menores de edad en una vivienda del barrio porteño de Constitución, en un contexto de violencia intrafamiliar sostenida. El fallo fue dictado por el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 3, que dio por acreditado que los hechos ocurrieron entre 2014 y 2018.
La sentencia se conoció tras la intervención de la Fiscalía General N° 3, a cargo de Andrés Madrea, que había solicitado una pena de 13 años de cárcel. Los jueces Gustavo Valle, Julio Báez y Gustavo Rofrano declararon al acusado —identificado como T.R. para resguardar la identidad de las víctimas— culpable del delito de abuso sexual agravado en reiteradas oportunidades.
El caso salió a la luz cuando la mayor de las víctimas, nacida en 2009, relató a su madre los abusos que sufría desde los nueve años. Durante el juicio, la adolescente explicó que los ataques ocurrían en la habitación que compartía con su padre en un hotel familiar, especialmente cuando él regresaba de trabajar como taxista.
La denuncia fue presentada en septiembre de 2024 y permitió reconstruir un patrón de abusos que también alcanzó a sus dos hermanas menores, nacidas en 2013 y 2015, quienes tenían entre seis y ocho años al momento de los hechos. Los episodios se producían durante los fines de semana, cuando las niñas visitaban a su padre, ya que vivían con su madre tras la separación de la pareja.
Según informó el Ministerio Público Fiscal, el auxiliar fiscal Jorge Recalde destacó el valor probatorio del testimonio de la víctima mayor, quien describió con precisión los abusos y la violencia física que sufría al intentar resistirse. En el fallo, el tribunal consideró que su declaración fue "detallada, coherente, estable y congruente con los patrones conocidos de abuso intrafamiliar en la infancia".
Durante el debate oral también se incorporaron las declaraciones de las otras dos niñas mediante Cámara Gesell, quienes relataron tanto los abusos sufridos como los episodios presenciados contra su hermana mayor. La madre de las víctimas afirmó que nunca imaginó lo ocurrido, pese a una relación de pareja atravesada por conflictos y hechos de violencia.
Los jueces valoraron además que existía una prohibición de acercamiento previa contra el acusado, dictada en 2016, que incluía a la madre y a las tres hijas. En ese marco, señalaron que el hombre utilizó la convivencia y su posición de poder para manipular, amenazar y controlar a las víctimas durante años.
Los informes psicológicos incorporados al expediente dieron cuenta de las graves secuelas padecidas por las niñas, entre ellas angustia, depresión, trastornos del sueño, ideas suicidas, autolesiones y problemas alimentarios.
El fallo
A pedido de la Fiscalía, el tribunal ordenó que, una vez que la sentencia quede firme, se obtenga y remita el perfil genético del condenado al Banco Nacional de Datos Genéticos, conforme lo establece la Ley N° 26.879.
En su voto, el juez Gustavo Valle, acompañado por sus colegas Rofrano y Báez, subrayó la solidez del testimonio de la víctima mayor y descartó cualquier motivación espuria en la denuncia. Además, destacó que el silencio prolongado y la posterior revelación coinciden con patrones clínicos habituales en casos de abuso sexual intrafamiliar, una problemática que también tiene impacto en causas judiciales tramitadas en Catamarca y el resto del país.