El miércoles pasado, una violenta pelea en un colectivo de la línea 410 en Moreno dejó a un chofer herido y desató una serie de eventos que conmocionaron a los pasajeros y testigos. Este incidente, ocurrido en Ruta 23 y Lisandro de la Torre, destaca no solo por su brutalidad sino también por el inusual desenlace que involucró un arma de fuego.
El origen del conflicto: una discusión por la SUBE
Todo comenzó cuando un pasajero intentó viajar sin saldo en su tarjeta SUBE. Según testigos, el joven solicitó ayuda a una pasajera, quien le prestó su tarjeta a cambio de 500 pesos. Sin embargo, tras realizar el pago, una discusión se desató entre el pasajero y uno de los choferes, lo que escaló rápidamente a un enfrentamiento físico.
Jonatan, un pasajero que grabó el incidente, relató cómo el chofer, que inicialmente estaba dialogando con el conductor, confrontó al pasajero. "El chofer lo agarró del cuello contra el vidrio. Pararon el colectivo y entre los dos lo bajaron", detalló. Este fue solo el inicio de una serie de eventos que escalarían en violencia.
Después de ser expulsado del colectivo, el pasajero cruzó la calle y comenzó a lanzar piedras contra el vehículo. Esto provocó que ambos choferes bajaran nuevamente para confrontarlo, momento en el cual el joven sacó un cuchillo e hirió en el antebrazo derecho a uno de ellos. La escena, grabada en su totalidad por Jonatan, muestra cómo el ataque con arma blanca puso en peligro la vida de los trabajadores.
Mientras esto sucedía, un tercer hombre, que no viajaba en el colectivo, apareció en escena con un arma de fuego. Aunque no está claro de dónde salió este individuo, se alineó con los choferes, apuntando al agresor y ordenándole tirarse al piso. En respuesta, el atacante guardó su cuchillo, tomó su mochila y escapó corriendo.
El papel de los pasajeros y el desenlace en el hospital
El caos afectó a todos los presentes en el colectivo. Una vez que el agresor huyó, el chofer herido fue asistido por su colega, quien tomó el volante para llevar a los pasajeros y a la víctima al Hospital de Moreno. Este acto evitó consecuencias más graves, pero dejó a muchos conmocionados por la violencia vivida.
Gabriela Pereira, esposa del chofer que inició la discusión, aclaró que su marido viajaba como pasajero y no trabajaba en la misma empresa que el conductor herido. Según ella, el atacante mostró una conducta violenta desde el principio, golpeando incluso el parabrisas del colectivo después de ser bajado.
Un incidente que refleja la inseguridad cotidiana
Este episodio deja al descubierto varios problemas sociales. La inseguridad en el transporte público, la escalada de violencia en situaciones cotidianas y la falta de recursos para manejar conflictos de este tipo son evidentes. Además, la participación de un hombre armado plantea preguntas sobre la intervención de civiles en momentos de crisis.