La Justicia salteña condenó a 10 años de prisión a Marina Jiménez, reconocida fundadora y directora del Ballet Salta, tras considerarla responsable del abuso sexual de su propio nieto, a quien agredió de manera reiterada desde que él tenía 10 años hasta los 17. La acusada, que actualmente tiene 73 años, había sido denunciada en 2022 y permaneció en libertad durante el avance del proceso. La sentencia, dictada en las últimas horas, generó un fuerte impacto no solo por la notoriedad de la acusada en el ámbito cultural, sino también por la crudeza del relato de la víctima.
La confirmación del fallo fue realizada por Aníbal Jiménez, hijo de la condenada y padre del joven abusado, quien ofició como denunciante en la causa. En declaraciones posteriores, difundidas por medios locales como El Tribuno, aseguró que la resolución judicial representa un paso importante para reparar parte del daño sufrido por su hijo y su familia. "Se hizo justicia", expresó, visiblemente conmovido.
El testimonio que impulsó la causa
Emanuel, la víctima, hoy de 31 años, decidió hablar públicamente sobre los hechos en 2022, cuando formalizó la denuncia acompañado por sus padres y su hermano. En una entrevista con TN, recordó el enorme esfuerzo emocional que implicó poner en palabras lo vivido durante su infancia. "Es muy doloroso. Me costó mucho poder hablarlo, sentí mucha vergüenza por mucho tiempo. No sabía ni cómo manejarlo", relató.
El joven señaló que el primer paso para reconocer lo que sucedía fue contárselo, en 2021, a un amigo de confianza. A partir de ese momento comenzó un proceso terapéutico que continúa hasta la actualidad. "Trabajo y lo sigo trabajando con mi terapeuta. Es algo que voy a llevar por siempre", confesó.
Respecto de los abusos, Emanuel explicó que los episodios comenzaron con manoseos y situaciones que él, siendo un niño, no podía comprender del todo. "Fue muy fuerte. Ella empezó con manoseos y lo naturalicé por mucho tiempo", dijo. Según narró, su abuela ejercía presión psicológica sobre él para que guardara silencio. "Me decía que no lo tenía que contar porque íbamos a tener un problema", recordó.
El rol de la familia y el impacto emocional
Durante todo el proceso, Emanuel contó con el acompañamiento constante de su padre, quien debió enfrentar la difícil realidad de que la agresora era su propia madre. "Mi papá está destruido", señaló el joven en referencia al impacto que la denuncia y el avance de la causa tuvieron en la familia.
Aun así, destacó la importancia de haber contado con apoyo cercano en un momento tan complejo. En ese sentido, dejó un mensaje para quienes atraviesan situaciones similares y aún no pudieron denunciarlas: "Que hablen. Sé que es muy difícil y muchas veces no están acompañados por las familias".
Qué falta definir
Si bien la pena ya fue establecida en 10 años de prisión, resta que la Justicia determine si la condena deberá cumplirse de manera efectiva en un establecimiento penitenciario o bajo la modalidad de arresto domiciliario. Según indicó El Tribuno, esa definición suele depender de factores como la edad y el estado de salud de la persona condenada, por lo que se espera una resolución en los próximos días.
El caso generó una fuerte repercusión en la comunidad artística y en organismos dedicados a la protección de derechos de niños y adolescentes, que destacaron la importancia de que la Justicia avance en casos de abuso intrafamiliar, aun cuando existan vínculos de poder o figuras reconocidas involucradas.