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Incidentes en Wika

Los investigadores continúan con la visualización de los videos

11 Enero de 2023 19.20

A doce días del incidente ocurrido a la salida del boliche Wika, entre los hermanos Augusto y Merceditas Sosa Soler y efectivos de la Policía de la Provincia, ningún policía "sindicado" por las supuestas víctimas –quienes también aparecen en los videos aportados como pruebas- fueron citados por la justicia.

Así fue informado a este diario por un vocero cercano al expediente, quien además indicó que aún no se  habría concluido, por parte de los investigadores, la visualización y posterior descripción –relato que debe quedar plasmado en el expediente mediante un acta- de todos los videos que le fueron entregados a la fiscalía, tanto aquellos que fueron grabados de manera manual aportados por los hermanos Sosa Soler como por la policía  y los de la cámaras de seguridad del lugar, que fueron requeridos oportunamente por la instrucción.

Además, trascendió que en la fiscalía se continúa con la toma de testimonio a las personas que pudieran haber visto el procedimiento tanto en el interior como en el exterior del boliche.

En paralelo a la investigación judicial, cabe recordar que desde la Jefatura de la Policía se inició una investigación administrativa en la que se le inició sumario a los efectivos que participaron del procedimiento como aquellos  que tenían a su cargo el operativo de la mañana del primero de enero.

Sin ni siquiera ser citados a declarar, ni como imputados ni como testigos por la Justicia la policía ya le aplicó sanciones. Mas allá del sumario administrativo el personal femenino del cuerpo de infantería fue "trasladada" a cumplir funciones en otra dependencia y al subcomisario Alejandro Mamaní, se lo "bajo" del acenso, a pesar de haber el gobernador de la provincia, Lic. Raúl Jalil, haber firmado la propuesta de los ascensos en la Policía de la provincia, el día 26 de diciembre del año pasado.

 

El caso

 

Los hermanos Augusto Joel -28- y Merceditas Sosa Soler -22- se encontraban en el boliche Wika el domingo 1 de enero cuando efectivos de la Comisaría Quinta y de la guardia de Infantería despejaban el local. En ese momento, un efectivo le habría pedido a los jóvenes que se retiraran. A partir de esto, surgieron dos versiones. Mientras los jóvenes aseguran que fueron retirados de manera violenta, la Policía afirma que el joven se tornó agresivo, por lo que los policías lo redujeron. En ese momento intervino la hermana del joven arrestado, quien también fue reducida por el personal femenino de infantería, para finalmente ambos ser trasladados a la Comisaría Quinta.

Poco después también quedó involucrada en el hecho la madre de los jóvenes, la Dra. Silvia Soler de Sosa -quien se desempeña como secretaria de la Cámara Penal de Segunda Nominación del Poder Judicial de la provincia-, al ser denunciada por el subcomisario Mamaní por apremios ilegales y amenazas que habría recibido en la comisaría, cuando sus hijos fueron trasladados allí. Entre otras cosas, habría dicho que usaría sus influencias políticas y los haría correr de la institución policial.

Por otra parte, lo que también generó un malestar interno en las fuerzas de seguridad es que trascendió que la familia Soler Sosa habría recibido un llamado telefónico de la propia ministra de Seguridad de la provincia, Fabiola Segura, supuestamente solidarizándose por lo sucedido y manifestándole que los responsables serán castigados.

Asimismo, poco después el Jefe de Policía, Licenciado Ángel Agüero, afirmó que el que el procedimiento de reducción y trasladado de los jóvenes arrestados fue incorrecto y no se aplicaron los protocolos vigentes. Ante esto los policías, en muchos de los casos, decidieron renunciar a cumplir servicio adicional en los boliches, porque no se sintieron respaldados.