Tras los incidentes ocurridos durante una protesta de autoconvocados inversores de la financiera Adhemar Capital frente a la casa del abogado Ricardo Angelina, un grupo de abogados se pronunció al respecto, repudió los hechos e instó al Colegio de Abogados de Catamarca a intervenir en “resguardo del debido ejercicio libre de la profesión”

En este sentido, un grupo de abogados, entre los que firma además, el Dr. Ricardo Angelina, apuntó que los incidentes “violan los derechos esenciales del ejercicio de profesión de abogado” y reclamaron que ningún profesional debe ser amenazado de forma pública por particulares por su relación laboral por “haber aconsejado o representado a un cliente o defendido una causa”.

Los letrados apuntaron contra protesta realizada durante el jueves a la noche donde un grupo de inversores de la firma Adhemar Capital se presentaron en el domicilio del Dr. Angelina para escracharlo debido a que era asesor técnico de Edgar Bacchiani. En medio de la tensión, el abogado salió a explicar que desconoce el destino del dinero que reclamaban, lo que terminó con uno de los manifestantes vandalizara una camioneta que se encontraba estacionada.

Además, el letrado apuntó que fue agraviado, junto a los abogados Ezequiel Walther y Miguel Barrionuevo, siendo acusados de “infundados hechos”. 

“La intangibilidad, y la integralidad de la defensa debe ser defendida por nuestro Colegio de Abogados como principio fundamental de la institución.”, apuntan en su nota presentada a la institución.

Y agregan:  “Los abogados, en tanto actores insustituibles en la efectiva prestación del servicio de Justicia, deben gozar de la más amplia libertad e independencia para el ejercicio de la profesión, libres de toda injerencia de los poderes públicos, de las corporaciones privadas y de los particulares.”

Sosteniendo que: “Una defensa libre supone la libertad del defensor: el abogado debe tener la posibilidad de comunicarse libremente con su defendido y de informar sin estar condicionado por presiones de ninguna naturaleza, sin encontrarse bajo la amenaza de sufrir una limitación arbitraria de su capacidad profesional, sin estar amenazado en su vida privada, en su vida familiar ni en sus bienes y sin ser interceptado en sus comunicaciones en el ejercicio de la defensa.”

A línea siguiente, apuntaron que en el cumplimiento de su profesión, “el abogado ha de actuar en todo momento, con toda libertad, con diligencia y valentía, conforme a lo establecido en la ley, sin violar nunca su propia conciencia y respetando la voluntad de su cliente y la deontología de la profesión de abogado, sin preocuparse de las restricciones o presiones a las cuales lo puedan someter las autoridades o el público.”

Y finalizaron afirmando que “ningún abogado podrá ser amenazado públicamente por particulares por haber aconsejado o representado a un cliente o defendido una causa. Tampoco podrá ser perseguido civil o criminalmente por haber solicitado - en el marco de la normativa legal - la investigación de conductas judiciales.”